El Niño empieza como un tiro. A los cinco minutos ya sabes que la cosa va en serio. Porque en esa primera secuencia la peli ya ha mostrado dos de sus grandes cartas: las escenas de acción y Luis Tosar. Estos son los dos pilares que hacen de El Niño un thriller notable. Hay en él energía, rigor y talento. Todo va viento en popa… hasta que aparece el amor. De veras que me esforcé para que no fuera así pero, maldita sea, esa historia de amor imposible entre el Niño y su novia ni me la creí, ni la vi a la altura de todo lo demás.
Por suerte, la muchacha desaparece pronto, dejando sitio para lo bueno, la trama criminal. Ahí sí. Ahí Monzón va sobrado y se muestra como uno de los tipos más solventes del panorama nacional.
Lo mejor: sus escenas de acción, en especial las relacionadas con el helicóptero.
Lo peor: la historia de amor.