En mi segundo viaje al país teutón, más concretamente en mi primer viaje a su capital Berlín, por cosas del destino (gran parte ayudado de mi pésima memoria) olvidé llevarme un libro para el vuelo. Ojeando libros en la tienda Retail del aeropuerto lo vi: "El niño con el pijama de rayas" de John_Boyne
allí expuesto como diciéndome: "Sí, soy yo. ¿Verdad que soy el libro perfecto para este viaje?". Así que sin mucha elección que hacer, puesto que ya estaba todo dicho entre él y yo, lo compré y comencé su lectura.Es un libro sencillo, pequeño, sin muchas florituras y que se lee especialmente bien. Pequeño es el libro y sin embargo grande es lo que contiene. La historia de una familia alemana cuyo padre, oficial del ejército nazi, es trasladado para trabajar en el alto mando de un campo de concentración judío... para ser más exactos es trasladado a Auschwitz, donde se muda con su mujer e hijos. Impactante ver el rechazo de su propia familia alemana al genocidio que allí acontece (la madre del oficial y abuela del protagonista en cuestión) y sorprendente descubrir como su incauta mujer es ajena a lo que pasa a su alrededor, no se sabe bien si por decisión propia o porque es así de inocente. Pero para inocencia definida la del niño, Bruno. Que en su candidez infantil se hace amigo de un niño judío que se encuentra dentro del campo de concentración, Schmuel. Un pequeño al otro lado de la verja.. que "juega" vestido con un pijama de rayas.Es un viaje apasionante por la historia. No narra la brutalidad en sí de la situación, sino una humana y entrañable historia paralela de amistad y niñez. Una historia que deja claro que el apego no entiende de fronteras absurdamente impuestas por el hombre. Es la historia de una familia atrapada por la situación y llamada a discernir entre el bien y el mal, en contra de lo que les exige su obligación. Una trama que bien podría haber sido real en el entramado de aquellos acontecimientos.Es un libro muy bueno, que recomiendo sin lugar a dudas. A mí me marcó y me tocó especialmente. Justo en ese mismo viaje fui a ver mi primer campo de concentración y reviví cada momento relatado en el libro con una intensidad especial y una presión en el pecho. No es de extrañar que en todo Berlín no encontráramos apenas referencias a este suceso... pues es bien conocida la magnitud de los hechos que en estos campos se sucedieron. Pero aún así es historia, nuestra historia, la de todos. Y no debemos olvidar que somos parte de ella y no debemos olvidar que esa gente estuvo allí. Este libro trata el tema de una forma increíblemente realista y humana, sin malos malísimos ni buenos buenísimos. Expone un problema claro de lucha interna moral, que seguramente más de uno tuvo que lidiar en aquella guerra nefasta.PUNTUACIÓN: