Al llegar a los dos años nuestros pequeños experimentan toda una serie de cambios importantísimos, un momento en el que avanzan a pasos de gigante, empiezan un largo camino hacia su autonomía e independencia.
A los dos años empiezan nuevos miedos, las rabietas, es el momento de dejar el chupete y los pañales, aprenden a vestirse solos, dejan la cuna para dormir en una camita, ... Un momento de grandes progresos que necesitan de nuestra guía, donde grandes dosis de paciencia y, por descontado, amor nos permitirán a acompañarlos en este camino hacia hacerse mayores con tranquilidad y seguridad.
foto cortesia www.photl.com
Hace unos días mi segundo hijo, Pol, cumplió los 2 años. Sin darme cuenta ha dejado de ser un bebé para empezar a ser un niño pequeño, con sus gustos personales, su forma de ser ya bastante definida, sus "nos", "míos, míos", rabietas y pataletas. A estas alturas es un niño que anda, corre, razona y juega, y a pesar que quiere hacer las cosas por sí mismo es todavía un ser absolutamente dependiente de nosotros, sus padres.
A los dos años los niños aprenden muy deprisa, hacen notables progresos tanto en su desarrollo físico como psíquico, notaremos que su vocabulario se amplía día a día, pero no debemos preocuparnos ni angustiarnos si nuestro hijo todavía no habla o habla poco. Hay niños que a esta edad tienen un amplísimo vocabulario mientras que otros apenas dicen mamá y papá. Ambos casos son absolutamente normales y no hay razón alguna para preocuparse en este momento si nuestro hijo da muestras de que nos entiende y siente interés por comunicarse con nosotros de algún modo.
A partir de esta edad empezamos a enseñarles el control de los esfínteres, quitamos pañales y aprenden a hacer pipí en el orinal. Habrá momentos de todo, de mucho control o de ninguno hasta llegar al final del camino. Estar preparados para ello nos ayudará a superar con éxito esta fase. Para más información te recomiendo la lectura de estos dos artículos publicados en este mismo blog sobre la retirada del pañal.
A los dos años también empiezan a tener más interés por todo, conoce muy poco de su mundo y quiere explorar, tocar, manipular, experimentar constantemente, pero también le gusta preguntar "¿y esto, mami?", luego llegará la etapa de los ¿por qués?.
En esta etapa, a partir del segundo cumpleaños, nuestros hijos se empeñarán en hacernos saber que ellos también tienen sus gustos, sus pensamientos y sus preferencias, que normalmente no coinciden con las nuestras y es probable que se inicien en este momento las tan temidas rabietas y pataletas. Sobre este tema he publicado estos 4 artículos que pueden servirte de ayuda:
- Rabietas ¿por qué se producen? ¿podemos prevenirlas?
- Rabietas ¿qué podemos hacer los padres? Algunas técnicas (I)
- Rabietas ¿qué podemos hacer los padres? Algunas técnicas (II)
- Rabietas infantiles ¿podemos controlarlas?
Sí, es el momento del "¡No, yo solo!", "No quiero" o "Que nooooo, maaamama". Ante estas muestras de independencia y de consolidación de su yo hay que mantener la calma, ser comprensivos y sobre todo tener mucha mano izquierda. Las normas y las rutinas son fundamentales para los niños de esta edad, ya que un niño con hambre, sueño o cansancio es un niño que probablemente acabará por tener alguna rabieta. En tal caso tampoco debemos tener miedo de afrontarlas. En mi pequeño manual sobre las rabietas te explico un poco cómo afrontarlas. Estoy preparando el manuall definitivo, pero creo que este te puede ayudar de momento a entenderlas y a afrontarlas.
A los dos años nos encontramos con niños que pueden mostrarse impulsivos, descontrolados, intranquilos, sin capacidad para esperar. Son obstinados y tozudos, testarudos. Cierto, esta es una etapa de grandes progresos y logros pero también es un momento en el cual el niño de 2 y hasta más allá de los 4 años se muestra negativo, oposicionista, dominante, testarudo y suele reaccionar con frecuentes rabietas por casi todo - generalmente ocasionadas por alguna negativa a sus deseos o como consecuencia de la frustración que supone darse cuenta de sus limitaciones.
Se trata de mantener la calma y la tranquilidad,y como no, disponer de grandes dosis de paciencia para intentar manejar las situaciones conflictivas con total normalidad. Con el tiempo aprenderán a autocontrolarse y el mejor ejemplo a seguir somos los padres.