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El niño de la foto

Publicado el 02 junio 2011 por Cosechadel66

diario2514

El niño de la foto me sonrie desde la foto-espejo. El niño de la foto es feliz y su mayor preocupación es lograr que su pie impacte con la pelota blanca y reír divertido al conseguirlo. El niño de la foto no sabe de derrotas, de imposibles, de besos en abril, de lecturas en vagones de tren, de escrituras en cuadernos de rayas, de amores en el cine, de Norma Jean. El niño de la foto no sabe que es la vida y ni siquiera se lo pregunta. No conoce el valor de la amistad, la crudeza del desprecio, la imposibilidad de algunos sueños. No sabe de deseos, de labios, de caricias. El niño de la foto no ha vivido pasados ni pretendido futuros. Es todo él un “será”. Es feliz, es una sonrisa. Es un niño, pura ilusión.

El niño de la foto no debe luchar por conservar esa ilusión. Puede ser aún un jugador del Madrid, un piloto de avión, un astronauta, un bombero, un cirujano, un detective o un ladrón de blanco guante. Es un puede, es un todo, es futuro desde los dedos del pie hasta el último pelo de su cabeza. El niño de la foto también puede ser escritor. Y escribir un día sobre un niño en una foto. Pensar que fue, que ha sido, que es, que será. Recordar que se que quedó, cuanto se alejó, que pudo ser, que permanece en los labios de aquel beso.

Escribir sobre los millones de pasos dados, las miles de heridas hechas. Las caidas, los tiros al poste, los papeles arrugados de tantos cuentos. Los días de mayo, las calles de Madrid, sus ojos un diciembre, sus manos en mi piel. Escribir sobre pensar, decidir, reir, llorar, hablar, beber, acompañar. Escribir sobre como volver a sentir que todo es posible como en el niño de la foto. Escribir de horizontes, de futuros, de sueños. Pero hacerlo sabiendo lo que cuestan, lo que duelen, lo que fallan. Escribir de amigos, de abrazos, de bancos de madera, de tardes polvorientas, de sesiones dobles, de primeros coches, de partidos en plazas y excursiones con bocatas envueltos en papel de plata. Escribir con miedo de los fallos, con orgullo de los aciertos, con humildad de las victorias. Escribir leyendo y/o viviendo lo que escribes.

El niño de la foto me contempla. Le debo una vida entera ya. Pero sobre todo, aun y mientras pueda, a él y a mi nos queda camino por delante.

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