Revista Cultura y Ocio
El niño de Schindler, de Leon Leyson, uno de los judíos de Oskar Schindler. «Maravillosa novela que no podéis perderos»
Publicado el 03 junio 2015 por MientrasleesEste año he leído poco, lo reconozco. Puede que no tenga tanto tiempo como antes o que no tenga tantas ganas como antaño. Lo cierto es que no lo sé. Pero un día, llegó a mi puerta este pequeño libro y no pude evitar abrir sus solapas -acto que cada día me estaba costando más y más realizar- y empezar a leer las primeras líneas. Me vi teletransportado. De nuevo esa increíble sensación de saber que estoy leyendo un libro que me dejará huella comenzó a vibrar en mi esternón, tal y como afirmaba Albert Espinosa en Todo lo que podríamos haber sido tú y yo si no fuéramos tú y yo. Y heme aquí, hablándoos de la increíble experiencia de leer las memorias de Leon Leyson, un hombre ya fallecido que, un día, hace mucho tiempo, fue un niño que vivió la más cruenta guerra que se recuerda hasta hasta hoy.
La conmovedora historia de Leon Leyson, el más joven de los mil judíos que Oskar Schindler salvó del Holocausto. Leon solo tenía diez años cuando el ejército nazi invadió Polonia y su familia fue trasladada primero al gueto y, más tarde, al campo de concentración. Sobrevivió gracias a su valentía y determinación, pero solo un acto de bondad desinteresada pudo salvarlo: la lista de personas que creó Oskar Schindler, el empresario alemán cuya gesta se llevó a la gran pantalla en La lista de Schindler. Estas memorias, el único testimonio que tenemos de esta historia real, retratan a la perfección la inocencia de un niño que sufrió lo inimaginable y, aun así, supo conservar la dignidad, la esperanza y la fe en la humanidad.
«Hostigado, segregado, torturado, violado y despojado de la dignidad, este joven luchó por quedarse junto a su familia y de esa búsqueda pertinente nace esta hermosa historia que debéis leer.»El prólogo empieza fuerte: un joven Leon Leyson recibe a Oskar Schindler en el aeropuerto. Ahora es feliz en América, pero hubo un tiempo en el que temió por su vida, es justo en ese momento de su existencia donde vamos a viajar nada más acabar el emocionante prólogo, el cual logró hacerme llorar. Al principio de la novela viajamos en el tiempo, justo antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial, a un pequeño pueblo de Polonia llamado Narewka. Allí, nuestro protagonista vive la vida tranquila con sus cuatro hermanos, Hershel, Tsalig, David y Pesza; es un niño normal con una vida humilde, no conoce de grandes lujos, la sola luz de una bombilla le parece magia negra y lo más divertido para él es poder correr en libertad por el valle, bañarse en el río y jugar con los otros niños del pueblo. Es judío, y sabe que hay gente que odia a los judíos, ha sufrido algún altercado de vez en cuando, pero en su pueblo conviven cristianos y judíos en relativa paz. ¿Cómo iba a imaginarse él que nadie pudiera exterminar a sus seres queridos por sus creencias?
Lo cierto es que la acción pasa rápidamente, de forma que el lector no puede desconectar del relato. El joven Leon Leyson nos cuenta poco a poco cómo fue sucediendo la catástrofe. Primero vivían tranquilos en Narewka, pero su padre, un trabajador humilde y aplicado, viaja a la capital con su fábrica y se queda trabajando y viviendo allí, pasándole dinero a su familia. Luego se mudan con su padre a Cracovia, y todavía creían que sus vidas iban a ser felices y llenas de frutos y "lujos", tales como agua potable y un baño dentro de casa, lejos del horrible frío del invierno. Es entonces cuando estalla la guerra y comienzan a aparecer Nazis por los alrededores, después de los temibles bombardeos que sacudieron la ciudad de Cracovia. Aun así, Leyson no es capaz ni siquiera de imaginar lo que le va a ocurrir a su familia y a él.
No es necesario profundizar más en el argumento porque es más que sabido lo que ocurrió en la Segunda Guerra Mundial. Mucho sufrimiento y grandes cantidades de inhumanidad. El libro no se centra exactamente en eso (aunque es el escenario principal), sino más bien de cómo un niño perdió su inocencia y como el instinto de supervivencia puede aún con la locura de la existencia. ¿Para qué vivir en un mundo en el que lo único que conseguirás es sufrimiento inmerecido? Es cierto que la esperanza nunca se pierde. La historia de Leon es hermosa y a la vez cruenta. Perdió todo lo que conocía y se vio traicionado más de una vez. Hostigado, segregado, torturado, violado y despojado de la dignidad, este joven luchó por quedarse junto a su familia y de esa búsqueda persistente nace esta hermosa historia que debéis leer.
Sé que es una lectura que tal vez pueda resultar difícil. Es mejor, a veces, cerrar los ojos y leer algo que nos distraiga de las atormentadas vidas que tenemos. Pero siempre vale la pena meter la cabeza en unas biografías hechas para todos los públicos, narradas desde el punto de vista de un niño, para nunca olvidar ni perdonar las atrocidades que hacen los seres humanos. Y no me refiero solo a los alemanes o los seguidores de las fuerzas del Eje, ya que gracias a "El niño de Schindler", puedo decir que los humanos somos escoria, en la gran mayoría. Cuando los judíos fueron segregados en un gueto, hacinados como gusanos, despojados de su humanidad, justo detrás de los muros que los separaban de los demás habitantes de Cracovia, seguía la vida, tan tranquila y hermosa como siempre. El panadero seguía haciendo pan, la pequeña de la esquina pestañeaba con coqueteo junto al joven caballero, la madre reñía a su hijo, los niños jugaban, los maridos trabajan o fumaban y reían con sus colegas... A nadie le importaba el pequeño Leon Leyson que vivía día sí y día también en un infierno. A nadie le importaban los miles de judíos que morían de forma arbitraria y cruenta en aquel gueto. ¡Hasta lo apoyaban!
«Lo gracioso de esta historia es que, aparte de ser cruenta y cruda, dentro del libro encontraremos ternura, esperanza y lloraremos, sí, pero tal vez no de pena, sino de orgullo.»Me enferma saber que esto ocurrió. Y me enferma saber que podría volver a ocurrir. La gente no cambia. La gente no aprende. Y por eso recomiendo esta hermosa historia, para que no olvidemos ni perdonemos estos atroces actos de los que todos deberíamos avergonzarnos como raza.
Pero dentro de esta inmundicia de raza que es la humana, también existen especímenes que merecen una verdadera reverencia (no los reyes a los cuales les regalan reverencias todos los días), y ese es Oskar Schindler. El ángel protector de Leon Leyson, de Leon y de más de 1000 judíos que, gracias a él, consiguieron sobrevivir a la masacre. Para aquel lector despistado que no sepa quién fue Oskar Schindler, sólo tengo que recomendarle ver la película de Steven Spielberg "La lista de Schindler" y podréis saber cuál fue la hazaña de un hombre que colaboraba con el enemigo, que formaba parte de los Nazis, un verdadero Nazi, un empresario que quería sacar dinero de la guerra y que veía también en los judíos nada más que una mano de obra barata con la que empujar sus finanzas. Creía que todo el mundo lo conocería por hacerse millonario de la nada. Tenía razón en algo: todo el mundo lo conocería, pero no por lo que él creyó al principio. Gracias a este hombre, a su valor y su increíble corazón, miles de judíos sobrevivieron bajo su alero. Dio por ellos todo lo que tenía y redactó la famosa "lista de Schindler", esa lista por la cual Leon Leyson pudo escribir estas memorias; la lista por la que pudo morir con 83 años, rodeado de sus seres más queridos, de su esposa, sus tres hijos y sus numerosos nietos. Esa lista que decidió que él viviera o muriera con tan solo 13 años.
Lo gracioso de esta historia es que, aparte de ser cruenta y cruda, dentro del libro encontraremos ternura, esperanza y lloraremos, sí, pero tal vez no de pena, sino de orgullo. El orgullo del joven Leon Leyson de estrechar la mano de su salvador, ya envejecido, y darse cuenta de que Oskar Schindler, a pesar de los años, lo reconoce entre un mar de caras y le dice "Pequeño Leyson". El libro en la versión original (inglés), se llama "The boy on the weedon box", y es que para poder trabajar en la fábrica de Oskar Schindler, el joven Leon tenía que apearse en una caja para llegar a los mandos de la máquina que manejaba.
Creo que ya ha quedado bastante claro que este libro es un "must" de la literatura del Holocausto. Pero además, es una lectura obligatoria en cualquier colegio/instituto y por qué no, en cualquier casa de lectores habituales. Es una preciosa obra de arte que merece vuestro tiempo, os puedo asegurar que no os arrepentiréis y estaréis más cerca de la Historia que aconteció en nuestro mundo. Aunque ni siquiera hubiéramos nacido en aquellos turbios años, los viviremos como si realmente hubiera sido así.
Título original: The boy on the wooden box
Autor: Leon Leyson
Fecha de edición: marzo, 2015
Traductor: Gemma Rovira Ortega
Editorial: Nube de tinta
Número de páginas: 192pp
PVP: 14.95 €
ISBN: 9788415594413
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