“El niño en la cima de la montaña”: más John Boyne

He vuelto a disfrutar mucho con John Boyne y su “El niño en la cima de la montaña”

“El niño en la cima de la montaña” es un libro al que le tenía muchas ganas después de haber leído “El niño con el pijama de rayas” del escritor John Boyne. Aunque esta novela me ha parecido más floja que la que hizo tan famoso a su autor, también me ha gustado bastante y me he propuesto recomendar su lectura. ¡Quédate y te cuento!

De nuevo John Boyne opta en “El niño en la cima de la montaña” por contextualizar su historia en la segunda Guerra Mundial y el dominio nazi junto con los horrores que este régimen supuso para millones de personas. En esta ocasión el protagonista es Pierrot, un niño francés que pierde todo lo que conoce cuando, tras la muerte de sus padres, se ve obligado a abandonar su casa y a su perro, así como a su vecino y mejor amigo Anshel, un judío sordomudo que aspira a convertirse en escritor de adulto. Pierrot es acogido cariñosamente por su tía Beatrix en la mansión situada en los Alpes de Baviera en la que trabaja como ama de casa, un hogar lleno de comodidades y gente que apreciará a Pierrot, pero que tiene una peculiaridad: pertenece al mismísimo Adolf Hitler, quien pasa largos períodos de tiempo en ella.

El pequeño protagonista no tarda en ver en Hitler una figura respetable y pronto se deja seducir por los ideales del líder alemán, los cuales desea seguir fervientemente y proteger a toda costa. Conforme va creciendo, Pierrot (ahora conocido por Pieter, la versión alemana de su nombre) va aferrándose más a las doctrinas del partido nazi y perdiendo una inocencia que, poco a poco, se convierte en desprecio y crueldad hacia los considerados inferiores por el régimen alemán, llegando incluso a traicionar y acusar a las personas que lo acogieron con amor desde un principio. Pero el tiempo va pasando y acaba por enseñarle más de una lección al joven Pieter…

Como decía, aunque de temática muy similar, este libro difiere bastante de “El niño con el pijamas de rayas” por una razón fundamental: si bien en el anterior libro de John Boyne el protagonista irradia inocencia y el lector conoce su mundo a través de los ojos de un pequeño con el que empatiza rápidamente, en “El niño en la cima de la montaña” cambia mucho la cosa porque el lector asiste a la transformación de un pequeño inicialmente inocente en un monstruo del régimen nazi al que puede llegar a odiar por su forma de actuar. El autor parece volver a experimentar con el comportamiento de los niños o jóvenes ante una situación tan dramática como una guerra y cómo esta situación puede sacar lo mejor  y lo peor de las personas ya desde edades muy tempranas.

Es, en definitiva, un relato inolvidable que embauca al lector con su lectura amena y dinámica pero no exenta de profundas reflexiones y que requiere del lector una implicación psicológica y emocional importante. Porque en un libro que se lee en muy poco tiempo dejando una huella permanente, recomiendo su lectura sin ningún género de dudas, y felicito a John Boyne por lograr un estilo muy característico con el que es capaz de crear distintas historias bastante impresionantes.

Y tú ¿Has leído ya “El niño en la cima de la montaña” ¿Te gusta el estilo de John Boyne? Cuéntame…