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El niño no conectado: la crianza con desapego

Por Mamikanguro @MamiKanguro

Independiente desde el comienzo: Supongamos que los padres, por miedo a echar a perder su bebé o con miedo de dejarse manipular, se abstienen de responder a sus gritos y desarrollar una más lejana, bajo toque de estilo de crianza de los hijos. ¿Qué pasa entonces? El bebé ya sea que gritar más y más preocupante para obtener sus necesidades satisfechas o renunciar y retirarse. En cualquier caso, se da cuenta de que su mundo cuidador no responde. Con el tiempo, ya que sus señales no son respondidas, aprende a no dar señales.

El niño no conectado: la crianza con desapego

Ella siente que algo falta en su vida. Ella se enoja y, o bien hacia el exterior hostil o retirada. En el primer caso, el bebé no es muy agradable estar alrededor, y los padres a encontrar maneras de evitarla. En el segundo caso, el bebé es más difícil de conectar con, y una vez más, los padres y los niños disfrutar de su mutua menos. De cualquier manera, este niño va a ser difícil disciplina. Ella llega a creer que la seguridad y la seguridad dependen de nadie más que a sí misma.

Problemas en las relaciones se desarrollan cuando un niño crece pensando que sólo tiene que confiar en sí mismo. Dado que los padres no dejan de responder intuitivamente a las señales de su bebé, se vuelven menos sensibles y pierden la confianza en sus habilidades de crianza de los hijos, otra puesta a punto por problemas de disciplina.

La mirada distante

Se nota que el bebé no conectado por su expresión – o la falta de uno. Él no busca el contacto visual y no evocar los sentimientos cálidos tan evidentes con los bebés conectados. “Se ve perdido” es un comentario que una vez oí acerca de un bebé sin conectar. También puede decirle a un bebé ajeno por la forma en que se mantiene rígido, como si se ajustaba a su asiento de bebé en lugar de a los hombros suaves.

A medida que el niño crece sin conectar, gran parte de su tiempo se dedica a la mala conducta, y él está en el extremo receptor de reprimendas constantes, o canciones que él fuera y parece vivir en su mundo aparte. Este niño se conoce como hosco, un mocoso llorón, o un niño mimado.

Estos comportamientos no deseados son realmente las estrategias de afrontamiento del niño usa en busca de una conexión. El niño ajeno no sabe cómo recuperar la sensación de bienestar, porque no tiene criterio para medir el apego. Tiene dificultades para encontrar una conexión porque no está seguro de lo que perdió. Esta escena resulta en la crianza trayectoria en marcha, tal vez con mucho tiempo gastado en las oficinas de los consejeros.

El niño infeliz

El niño no conectado es menos motivados a favor, él es menos de un placer tenerlo cerca. Como resultado de ello, los padres no conectados no encuentra satisfacción en el trabajo en el ámbito nacional, por lo que buscar su realización en las profesiones y en las relaciones que no impliquen su hijo. Padres y deriva niño mayor de esa diferencia. A diferencia del niño que está conectado un placer tenerlo cerca y desarrolla amistades sanas, los compañeros pueden rechazar al niño sin conectar. Incluso puede disuadir a las personas que le pueden ayudar a formar conexiones. Los ricos se hacen más ricos emocionalmente, y los pobres se hacen más pobres emocionalmente.
Con el asesoramiento profesional, los niños y los padres pueden empezar a conectar y colocar en un estilo de disciplina que saca lo mejor de cada uno. Se requerirá una gran cantidad de energía para lograr esto en una fase en que está naturalmente diseñado para pasar. Los recién nacidos son más en la que se celebra de seis o nueve años de edad.

La mejor oportunidad para permanecer conectado más tarde es para conectarse temprano.

Los padres desconectados

A la vez, los papás de niños desconectados no encuentran satisfacción en su rol de padres, buscan actividades que no impliquen a sus hijos por el desgaste emocional que ello implica, padres e hijos se separan aún más. A diferencia de los niños “conectados” que proporcionan alegría y un ambiente social agradable. Los emocionalmente ricos se hacen más ricos y los emocionalmente pobres se hacen cada vez más pobres.

Si ya esta desconexión ha sucedido nunca es tarde para comenzar a conectar emocionalmente con los hijos, el asesoramiento profesional y la profunda reflexión acerca del estilo de crianza ayuda a rescatar esa relación perdida. Eso sí, se requerirá una gran cantidad de energía para lograrlo.

Lo mejor que los padres podemos hacer es conectarnos con los hijos desde el momento de su nacimiento, siendo sensibles y no temiendo “malcriarlos” si respondemos sensiblemente a sus necesidades, al contacto físico, dándoles todos nuestro cariño. Es una tarea que exige mucha dedicación, y que muchas veces debemos hacer una “pausa” en nuestras vidas.

Pero pensemos que es un tiempo mientras están pequeños que no volverá y cuando los veamos crecer felices y “conectados” nos daremos cuenta de lo valioso que es criar con el corazón.

Fuente: Ask Dr. Sears

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