Emprendo este nuevo proyecto con Mehdi Carcela González. ¿Por qué él? Sencillo, sus rápidos y efectivos movimientos con el balón me cautivan a diario. Podría afirmar que el bueno de Mehdi es uno de los mejores jugadores de Bélgica actualmente y ésta, es su historia. La historia del niño prodigio de Lieja.
Mehdi Carcela-González nacía en 1989 en Lieja, en una zona de habla y origen francés, fruto de una relación entre una mujer marroquí y un hombre español. El recién nacido aprendió a andar a la vez que patear un balón. El pequeño tenía talento jugando al fútbol y el Standard Liège, el equipo de la ciudad, se fijó pronto en él. En los manuscritos del equipo de scouting una frase contundente "Su talento es único. Es preciso ficharle". El joven Mehdi era diferente y tras recibir la oferta del Standard Liège, y con la decisión en manos de sus padres, decidieron permitirle entrar a formar parte de uno de los históricos equipos belgas a pesar de sus escasas cinco primaveras. Entrar en la academia del equipo liejense significó dejar atrás las carreras en el patio con los compañeros de clase y los regates con amigos en el parque por partidos de exigencia contra auténticos rivales.
Pero nuestro protagonista seguía haciendo de las suyas con el balón. Mostrando una superioridad desacorde a su edad, le otorgan la oportunidad de debutar un 13 de Septiembre de 2008 con el primer equipo. 13 años después de su fichaje el Kortrijk sería el primer partido al máximo nivel de su vida. Tras ello, Mehdi se marcó un objetivo claro: mantenerse.
Tras meses de su debut y posterior eclosión en liga, fue en este caso la Federación Belga de fútbol quien le llamó: querían contar con su talento en la selección nacional. La decisión fue difícil, en parte por el origen marroquí y español de su familia materna y paterna respectivamente. Tras meditar una de las opciones más importantes de su vida deportiva, aceptó la propuesta. Pero ningún seleccionador belga volvería a llamarle y dos años después -en 2011- y por herencia materna, debutaría en la selección marroquí. Seguía siendo uno de los mayores atractivos hasta su marcha de la Jupiler Pro League aquel mismo año, rumbo a Rusia. Y lo hacía para unirse al proyecto multimillonario del FK Anzhí Majachkalá.
La historia en el club ruso es de sobra conocida: nunca llegaron a cumplir las expectativas y el ambicioso proyecto terminó vendiendo a sus mejores jugadores para no caer en la bancarrota por sus altos sueldos, entre ellos Mehdi Carcela. El hijo pródigo volvía a casa. Su segunda etapa en el equipo rouche no ha contado con el protagonismo de antaño. Uno de los motivos: las lesiones, su mayor defecto. Éstas acentuarán su descaro de niño cuando su rendimiento es máximo aunque nada cambia lo poco a esperar de él en lo defensivo.
Como cada año, todo se decide en el Play-off por el título. Sueñan con dar la sorpresa y llevarse el cetro. Lieja sueña por última vez este año con la ayuda de su niño prodigio: Mehdi Carcela-González.