Revista Cultura y Ocio

El niño que sabía hablar el idioma de los perros, de Joanna Gruda

Publicado el 27 octubre 2014 por Meg @CazaEstrellas

El niño que sabía hablar el idioma de los perros, de Joanna Gruda.
La maravillosa edición de este libro y el saber que Julek es un personaje real, fueron factores decisivos para que quisiera conocer esta historia. Joanna Gruda, hija Julek (el protagonista), convenció a su padre para que compartiera con ella sus memorias con el sencillo propósito de transmitir sus experiencias a la familia. Transcurrido un tiempo, el resultado de esas largas conversaciones dio lugar a esta novela, la primera de esta traductora y actriz polaca. Julek Gruda  es un chico polaco nacido en el Moscú soviético pocos días después del crac del 29. Pronto se verá obligado a adoptar múltiples identidades para sobrevivir  a las purgas stanilistas y a la persecución de los judíos y comunistas durante la Segunda Guerra Mundial.
Una de las cosas a las que más temo cuando el protagonista de un libro es un niño es que me parezca real y creíble. En esta ocasión mis temores han sido infundados, pues se trata de alguien que realmente existe y que ha dejado testimonio de su infancia y parte de su adolescencia. Me ha encantado conocer a Julek, un niño muy especial que sabe en todo momento adaptarse a las circunstancias que le tocan vivir y que muy pocas veces se muestra pesimista. 
Podría dar la impresión de que, debido al periodo histórico que le tocó vivir al pequeño, estamos ante un drama, pero no. Si bien es cierto que en algunos momentos la novela se ve impregnada por un pequeño toque tristeza, predomina la lección de optimismo que nos da Julek, un niño cuyo desarraigo familiar, consecuencia de ser hijo de comunistas activos, le obligará a madurar antes de tiempo, haciéndole consciente y perfecto conocedor de la realidad política y social en la que se encuentra, pero Julek es, como he dicho ya, un niño, no pierde esa chispa de la infancia, las ganas de divertirse, de enamorarse, de disfrutar con cada aventura a la que se enfrenta, con cada oportunidad que se le presenta. Esa actitud, esa inocencia e ingenuidad propia de la edad, es lo que predomina en la novela, una perspectiva que se aleja de las tragedias y que hace que Julek sea un personaje difícil de olvidar.
"Tengo casi nueve años, como las guerras mundiales suelen durar cuatro años, tendré aproximadamente trece años cuando la próxima termine. Así que tengo que sobrevivir hasta la edad de trece años y después, la cosa debería ir a mejor."


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