Hola. Soy el niño sipote, ya estuve por aquí hace tiempo, luego me fui y ahora he vuelto. Me gusta escribir tonterías y ver pelis y comentarlas. Si tomo la medicación, el torito que tenemos encima de la tele no me habla. Hay que leer a Paco Alcazar, de lo mejor que hay ahora mismo en creatividad gráfico-literaria. Si me compro ropa, voy a tiendas de segunda mano a comprarlas, pero si me las regalan tengo Burberrys, Paul&Shark, Ralph Lauren y cosas caras que yo no me compraría ni borracho, porque tiene cojones un vaquero de 200 euros, un puto vaquero, estamoslocosoqué…
Cada vez más tengo ganas de morirme, pero no por tristeza, sino más bien por aburrimiento. Es aburrida la vida; predecible y jodía de vivir pa’ cuatro ratos alegres que tiene: follar, comprar algunas cosas que te gusten, un viaje guapo, reírse con amigos, echar los días en mitad de la naturaleza, endrogarse un poco…
A veces me meto en la cama, en invierno, y en ese momento de duermevela antes de caer inconsciente, calentito con tanta manta, en posición fetal, de lado, el cabeso apoyao en la almohada, justo ahí, no me importaría morirme ahí mismo, sin doló, hala, ya estás muerto y te ves encima de la cama flotando, mirando tu propio cuerpo humano. O no morir y quedarte ahí en coma, y mientras estás en ese estado, tu consciencia viaja sin cuerpo por todo el espacio a la velocidad de la luz, del pensamiento, de un planeta a otro, conociendo, adquiriendo conocimientos.
He tenido una vida un poco loca, sobre todo de joven porque me gustaba meterme en toos los fregaos. Era más un asunto de transgredir que de gusto, realmente. En fin, ahora ya un poco viejuno me hace gracia lo que llegué a hacer y los berenjenales donde llegué a meterme. Bah, fue probar vida, toda la vida, experimentar…