El próximo viernes 29 de agosto llega a las carteleras españolas "El Niño", la última película del tándem responsable de uno de los mejores largometrajes realizados en España en los últimos años, titulado "Celda 211" (2009), compuesto por: Daniel Monzón como director-guionista, Jorge Guerricaechevarría como guionista y Luis Tosar como actor principal. Estrecho de Gibraltar, la frontera sur de Europa; apenas dieciséis kilómetros separan África del Viejo Continente. Riesgo, adrenalina y dinero al alcance de cualquiera capaz de atravesar esa distancia en una lancha cargada de hachís volando sobre las olas y con la policía pisándote los talones. El Niño y el Compi quieren iniciarse en el mundo del narcotráfico, lo que para ellos es casi un juego.Jesús y Eva, agentes de Policía, llevan años tratando de demostrar que la ruta del hachís es ahora uno de los principales coladeros de la cocaína en Europa. Su objetivo es El Inglés, el hombre que mueve los hilos desde Gibraltar, su base de operaciones. La violencia creciente de las advertencias que reciben les indica que sus pasos van por buen camino... Los destinos de estos personajes a ambos lados de la ley terminan por cruzarse para descubrir que el enfrentamiento de sus respectivos mundos era más peligroso, complejo y moralmente ambiguo de lo que hubieran imaginado.
El director Daniel Monzón dando instrucciones a los actores
Sergi López, Luís Tosar, y Eduard Fernández, en un lance de rodaje.

Nuestro primer reto consistió en localizar y convencer a auténticos “gomeros” –los que cruzan el Estrecho cargados de hachís en lanchas rápidas o “gomas”- de que nos contaran sus experiencias. Tras un tiempo tirando de distintos hilos, lo conseguimos. Casi todo el mundo en la zona conoce a un amigo de un amigo que se dedicó en su día a ello... Escucharles por fin hablar con ese discurso directo, vivaz, cargado del reconocible humor del sur de España y de su particular forma de entender la vida nos marcó de inmediato el tono de la historia. Me di cuenta de que los actores que debían encarnar a estos chicos tenían que salir de la calle, reflejar con toda su carga de frescura, inconsciencia y veracidad lo que los auténticos “gomeros” nos transmitían. Supimos que, aparte del dinero rápido, lo que les movía más profundamente era un espíritu juvenil de rebeldía contra la autoridad sumado a la adictiva descarga de adrenalina que suponía jugarse la vida en el mar a 80 nudos por hora; pero, sobre todo, su mayor punto de enganche era el apasionado sentimiento de camaradería que les unía, el sentirse tan próximo, con la intensidad que te otorga vivir experiencias al filo de la muerte, a tu reducido círculo de colegas.También los agentes de la autoridad nos abrieron sus puertas con enorme generosidad y, en el fondo, sentimos que había un cierto vínculo entre las motivaciones de ambos; un mismo sentimiento de desafío ante el peligro y también, por qué no, una adicción a la adrenalina que se traducía o bien en la persecución de una “goma” a toda velocidad por el Estrecho, o en el mucho más complejo seguimiento, minucioso y prolongado en el tiempo, de alguna red de narcotraficantes con la intención de desmantelarla hasta su cúpula. Siempre con la férrea, en ocasiones obsesiva, voluntad de acabar con lo inacabable, como Quijotes contra esquivos y poderosos molinos, y desde una camaradería igualmente intensa aunque no exenta a veces de traiciones... Su constante enemigo, la tentación del dinero.

El de Jorge y el mío estaba siendo un viaje geográfico y humano apasionante y era exactamente el mismo viaje emocional que yo quería trasladar a la pantalla. A medida que pisábamos el terreno me daba cuenta de que el poder visual de la película tenía que estar dictado de forma casi documental por esos subyugantes paisajes del sur y sus fuertes contrastes; junto a barrios deprimidos cuyas gentes adoptan el trapicheo con la misma cotidianidad con la que disfrutan del sol, el mar y el pescado, aparece la opulenta Andalucía de las urbanizaciones exclusivas, llena de campos de golf, puertos deportivos, hoteles de alto standing y residencias de lujo en cuyos rincones también anida otro tipo de trapicheo pero vestido de Armani... Nos sumergimos en el bullicio de las fronteras de Gibraltar y, al otro lado del océano, en las de Ceuta y Marruecos; desde allí, en el sensorial norte de África, donde el avance del sueño (o más bien pesadilla) occidental por la costa marroquí contrasta con los atavismos más profundos del Magreb. Como omnipresente leit motiv unificador de todos estos mundos, el mar, su horizonte, su atracción, el misterioso magnetismo de las aguas del Estrecho, el choque turbulento del Mediterráneo contra el Atlántico...La película se basa en toda esta riqueza de contrastes y, de hecho, es lo que define su espíritu, la lucha que para todos los personajes significa vivir en un mundo fronterizo, entre dos aguas; a caballo entre un continente y el otro, entre lo que les dicta la pasión y la razón, entre la moral y la doble moral, entre la tentación de cruzar o no la línea... De igual modo la historia bascula entre dos polos, el viaje de iniciación emocional del grupo de adolescentes y el día a día de los policías, presos de su mundo obsesivo y paranoico... Las dos líneas terminan confluyendo, invadiendo las fronteras la una de la otra, para revelar cuántos puntos compartían en común desde un principio. Al final, los personajes luchan sin saberlo contra algo más grande que ellos, un entramado de codicia que se los traga, mastica y escupe, un mar de corrupción tan inabarcable como el océano que todos ellos pueden contemplar desde ambos lados del Estrecho.Fuentes:Pressbook e imágenes obtenidas de la página web oficial: http://www.xn--elniolapelicula-1qb.es/http://www.telecinco.es/cine_2014/el_nino/19027/http://www.telecinco.es/t5cinema/cine-2014/nino/nino-filmes-ambiciosos_0_1729875246.htmlhttp://www.filmaffinity.com/es/film909211.html
