Por Adolfo Pérez Esquivel
Junto con el sudafricano Desmond Tutu y la irlandesa Mairead Maguire, ganadores del Nobel de la Paz, nos opusimos a la concesión este premio a la UE por considerar que no respeta los deseos de Alfred Nobel, creador de los premios.
Mediante una carta abierta a la Fundación Nobel, le expresamos al Comité Nobel noruego que la Unión Europea no promueve la idea de un orden global desmilitarizado y prioriza las soluciones por la vía de la fuerza militar en vez de insistir en acercamientos alternativos.
De la misma manera nos hemos opuesto cuando el mismo premio le fue otorgado a Barack Obama, presidente de los Estados Unidos.
Este lunes la Unión Europea asumió el Nobel y el dinero diciendo que Europa ha aprendido de las dos guerras mundiales y que este 10 de diciembre recuerda a Europa y al mundo el propósito fundamental de la Unión: la fraternidad y la conciliación entre las naciones europeas ahora y en el futuro.
Lo que es importante recordar es que las tensiones entre los países europeos que desencadenaron las dos guerras mundiales tuvieron que ver con una “desigualitaria” repartición de colonias y recursos en el resto del mundo. Italia y Alemania, como estados tardíos llegaron tarde a la repartición estratégica del mundo por parte de Europa.
Hoy Europa y EEUU han aprendido la lección y se han agrupado a través de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) para intervenir en la vida de otros países de manera coordinada y mancomunada de forma tal que ninguno se quede sin recibir beneficios por su aporte a la explotación del tercer mundo.
La Unión Europea se ha convertido en el principal exportador de armas al mundo según el Instituto Internacional d e Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI). Y un 7% de estas armas van a parar al continente más empobrecido del planeta, África, donde proliferan numerosos conflictos armados y violaciones a los derechos humanos teniendo siempre como víctimas a los pueblos[1].
Por el lado de Latinoamérica además de la venta de armas desde la Unión Europea, también es preocupante la presencia militar de Estados Unidos. Principalmente porque el Tratado de Washington establece que todas las bases militares pertenecientes a un Estado miembro de la OTAN pueden ser utilizadas en el marco de sus misiones, lo que significa que las instalaciones estadounidenses en América Latina, son posibles bases de la OTAN, a pesar de que oficialmente no exhiban su insignia. Esto también incluye a nuestras Islas Malvinas, con una base militar británica.
Por estas razones, entre o tras, mañana y pasado 13 y 14 de diciembre muchas organizaciones de derechos humanos de América Latina, Estados Unidos y Europa, realizaremos la Conferencia Intercontinental “Paz, desarme y alternativas sociales ante la OTAN Global”[2] en el Palacio del Congreso Nacional Argentino en Buenos Aires.
Este será un espacio importante de debate para obtener propuestas de resistencia para la recuperación de nuestra soberanía, nuestros derechos, nuestros recursos y nuestro futuro.
No nos olvidemos que muchos pueblos, sometidos por los miedos a la libertad, terminan volviéndose permisivos a las injusticias y siendo dominados por aquellos que creían que les garantizarían su seguridad.
Adolfo Pérez Esquivel
Premio Nobel de la Paz
Presidente del SERPAJ
Notas:
[1] La política de exportaciones de armamento de los países de la Unión Europea a África (2002-2012) del Centro de Estudios por la Paz J.M. Delàs
[2] http://www.conferenciaporlapaz.org/
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