Cuenta la leyenda que cuando el Rey Salomón construyó su Santo Templo en Jerusalen, se llevó a cabo un antiguo ritual antes de colocar la primera piedra. Este ritual, preservado hoy gracias a las tradiciones de los masones, incluia la orientación y colocación de una piedra, la piedra angular, segun la cual se orientaban todas las demás piedras de ese enorme complejo.
Se dice que el rey puso una hoja de pergamino en el interior de la piedra angular en la que el escribió un solo nombre.
Simbólicamente, el nombre que se fijaba en esta piedra angular del Santo Templo de Jerusalen , tambien llegaba a ser el nombre en el que el Rey Salomón basaba el liderazgo de su pueblo, el poder de su nación, y llegaba a ser el fundamento de una tercera parte de las religiones organizadas de la Tierra.
Ese único nombre era el tetragrama YHVH, el nombre eterno de Dios.
Un analisis aún más meticuloso de las letras que forman el nombre de Dios y el cuerpo del hombre clarifica precisamente que significa esta relación para nosotros hoy en dia.
Aunque las versiones originales de los textos bíblicos reconocen sin lugar a dudas que YHVHes el nombre de Dios, tambien se refieren a la versión corta YH. Por lo general, los eruditos aceptan ambos nombres YHVH y YH como intercambiables.