Yo es que cuando veo estas cosas me pongo muy en plan 'Oh, dear'. Sí, me visualizo en mi cottage, todo floreado, con mis gatos y mi taza de té, y 'oh, dear, oh, dear...'
Os presento a Ross Poldark. El nuevo muchacho de la BBC que, como se ve por su gesto, ha llegado a este mundo a sufrir. Y nosotros con él, claro, que de eso va la historia.
Conste que como servidora es así de tiquismiquis y de Cumberbatchfán (pese a La Otra), aquí Poldark tampoco es que levante pasiones por mis entrañas, no sé si me explico. Bueno, algo sí, pero sin pasarnos. Porque le veo muy maqueao precisamente para eso. Cada rizo despeinado está diseñado con precisión para soliviantar ovarios, y eso, entérese señores de la tele, le quita veracidad a la cosa. Mucho más si añadimos que la cicatriz que le han plantado en la cara da la sensación de ser un churretón de rímel. Que según le da la luz, con esos pelos y esa línea oscura en el jeto, aquí Poldark parece servidora volviendo de su fiesta de fin de carrera. Solo le faltan los zapatos en la mano.
Pero, en fin, tampoco me voy a quejar. El chaval se deja ver y además tiene una voz portentosa, muy británica, que da gloria oírla.
¿De qué va la historia, diréis? En primer lugar, hay que decir que se trata de una adaptación de una adaptación, ya que la serie original se rodó y emitió en los 70. Basada en unos libros bastante famosos que cuentan la vuelta al hogar de un soldado británico del siglo XVIII. Yep, más menos la época de Outlander y de buena parte de los libros de highlanders, pero tranquilidad, soltad el abanico, muchachas, que aquí Poldark no es escocés, no. Él es cornual... corwall... cornuallense... bueno, de Cornualles, Cornwall para los autóctonos, lo que viene siendo la esquinica abajo a la izquierda de la Gran Bretaña. Un terruño pobre, entonces, con sus minas y sus acantilados y su acento imposible.
Ross Poldark se alista en el ejército de Su Graciosa Majestad para ir a meter en vereda a esos primos tan rebeldes del otro lado del Atlántico (guerra de la Independencia de los USA). Como pasan los años y no vuelve, todos le dan por muerto y cada cual sigue con su vida. Pero, cuál no será la sorpresa cuando el chico se marca un Brody y reaparece cuando nadie le esperaba.
Y así empieza la serie y los jaleos varios. El principal, ya supondréis, que aquella que prometió entregarle su virtud está presta a entregársela a otro que, para más inri, es el primo rico de turno. Es que como no volvíais, dice la chica... Y el otro, en vez de tirar de empatía (tres años sin dar noticias, pues normal que se pensaran que estabas abonando los terruños americanos, hijo), pues no. Ofendídisimo. Que si me dijiste, me prometiste, que si el anillo, que si tal, que si cual.
Sí, un drama todo. Droga dura de la BBC.
Lo que os decía: 'oh, dear....'