Sara Carbonero, África de Miquel e Izaskun Ruíz. ¿Les suenan los nombres? Son periodistas, jóvenes, atractivas y quizás estaban en el sitio equivocado a la hora equivocada, por eso han tenido sus minutos de gloria.
En pleno auge de los Juegos Olímpicos, y teniendo en cuenta el mal resultado que de momento están cosechando los deportistas españoles, deberíamos escribir una carta al Comité Olímpico Internacional (COI) para sugerirle un nuevo deporte: tiro a la periodista.
La disciplina es sencilla. Solo se requiere de un perfil en alguna Red Social, algo de mala leche, y, sobre todo, una vida un poco vacía. Con estos componentes, se enciende la televisión, a la cual por cierto hay que criticar, pese a verla muchas horas, y después solo se trata de esperar a que salga una periodista, cometa un error, o haga algo que dicho sujeto y su entorno "social" consideren objeto de mofa, y a por ella. Tweets, comentarios, cualquier cosa vale. Solo se trata de ser ofensivo, maleducado, y hay que dejar entrever grandes dosis de sexismo, ignorancia y envidia.
Ven, un deporte en el que de verdad somos una potencia mundial. Todo empezó con el ya famoso "gracias Sara". Era curioso, porque no solo atacábamos a una mujer, sino que lo hacíamos a la mujer del hombre que a todos nos gustaría ser. Solo se trataba de eso, de volcar la ira de un país de paletos y con una tasa de fracaso escolar superior al 30%, hacia alguien que hacía su trabajo lo mejor que podía.
Después de Sara Carbonero han llegado otras tantas. África de Miquel en el baloncesto, y sus comentarios a pie de pista, y como último objetivo, Izaskun Ruíz, de TVE, y encargada también de las entrevistas a pie de pista en el estadio olímpico de Londres.
Curiosamente toda esta absurda broma creada en las Redes Sociales cumple unos mismos patrones. Mayoritariamente hombres, periodistas o aspirantes, que por la pura envidia de no ser media mierda, ven gracioso criticar y mofarse de una persona que solo intenta hacer su trabajo. No obstante, en ocasiones pueden no estar acertadas, o cometer errores que para profesionales del nivel que se les presupone, no deberían, ¿pero por qué están ellas y no otras?
Bien es cierto que este tema requiere un debate de fondo que analizaré más adelante, es decir, lo de convertir el periodismo deportivo en una pasarela de modelos. Pero en este post solo quiero romper una lanza en favor de tres periodistas que hacen su trabajo lo mejor que pueden, y que solo por la pura envidia hacia su posición, y la facilidad para crear viralidad en la Redes Sociales, han visto como su trabajo tiene que quedar manchado.
Habrá quien diga que las mofas también han ido dirigidas hacia compañeros masculinos, sí, cierto, pero no sé por qué hay como una especial fijación cuando se trata de mujeres. Quizás porque es más sencillo, o porque el repertorio para ser ofensivo es mayor, lo que está claro es que las Redes Sociales han venido a mostrar la latencia de una sociedad envidiosa que no soporta el éxito de los demás.
Supongo que estar trabajando con los campeones del mundo de fútbol, Pau Gasol y los ÑBA, el hombre más rápido del planeta, etc, etc, debe causar frustración a quien desde su sofá solo tiene 140 caracteres para hacer un daño sordo y absurdo.