Hay pocos juegos que podamos juzgar como innovadores y que marcaran un antes y un después. Ejemplo de esto son los juegos de id Software, que marcaron toda una época de juegos de acción en primera persona, Super Mario Bros o Zelda. Pero hay otros juegos que se quedan en el limbo del reconocimiento por parte del público y la crítica que no consiguen dar un golpe en la mesa para enseñar su potencial, para demostrar para lo que están diseñados, y ese es el caso de Assassin's Creed.
Antes que la mayoría de vosotros comencéis a coger todo tipo de hortalizas para tirarlas a las pantallas de vuestros ordenadores, debo decir que no es que considere que Assassin's Creed haya marcado una época en cuanto a juegos, ni que sean obras maestras, sino que su valor más importante está fuera de lo que entendemos como juego tradicional, no siendo la parte de juego ni la narrativa lo más importante.
Concretamente, lo que considero más importante y de vital importancia en esta franquicia es la excelente ambientación y captación de las épocas elegidas. hablamos de un juego en el que podemos pasear por las calles de la ciudad de Acre en plena época de los cruzados, sintiendo su ambiente cosmopolita, escuchando el barullo del mercado y maravillándonos de las grandes obras de la arquitectura de la época con unas reproducciones en 3D que quitan el hipo.
Defiendo a la "blasfemada y demonizada" saga Assassin's Creed por saber traernos no un una historia trepidante, la cual tiene sus momentos, ni una jugabilidad extremadamente divertida, aunque tampoco considero que llegue a cansar de repetitiva ni aburrida como se ha dicho tantas veces. La defiendo por ser un gran simulador de épocas, y por ello se tiene que llevar mi respeto.