Norelys Morales Aguilera.- En el momento en que se ventila en El Paso, Texas, un juicio por perjurio al terrorista y agente de la CIA Luis Posada Carriles, donde su defensa trata de desestimar las pruebas aportadas por las autoridades cubanas, el mismo redactor de El Nuevo Herald, que cubre el juicio a Posada Carriles, da la “espectacular” noticia de una campaña contra "espías cubanos en Estados Unidos".
Hay casualidades que no son tan casuales. Es innecesario argumentar la falta de imparcialidad del Nuevo Herald y del señor Juan O. Tamayo con Posada Carriles y el terrorismo de Estados Unidos contra Cuba, que no tienen escrúpulos de emplear métodos de la “guerra fría”, que parece no haber pasado en EEUU y menos, en Miami.
El abogado de Posada, Arturo Hernández, se ha rasgado las vestiduras, diciendo que el investigador, Teniente Coronel Roberto Hernández Caballero ha falsificado pruebas y que es de la inteligencia cubana. Menudo descubrimiento y argumentación, que el fiscal Timothy J. Reardon calificó de “ridículos”.
Sin embargo, la campaña anti espías en EEUU, como en la etapa más caliente de la “guerra fría” empleando el miedo, la auspicia ahora además, la Oficina del Ejecutivo Nacional de Contrainteligencia (ONCIX), perteneciente a la poderosa Oficina del Director de Inteligencia Nacional (ODNI). Los tiros no parecen ir solo para apoyar a Posada Carriles.
La propaganda para la campaña anti espías cubanos, se basa en carteles, como parte de la misión para “crear conciencia sobre la contrainteligencia'' de ONCIX, escribió el vocero de ODNI Michael Birmingham en un breve correo electrónico a El Nuevo Herald, informó Tamayo. Otros medios no tienen “esta exclusiva”.
Veteranos de la comunidad de inteligencia, siguiendo la versión miamense, afirmaron que la propaganda contiene “un claro mensaje de que los servicios de inteligencia de Cuba siguen siendo una amenaza a los intereses de Washington.”
Resulta también innecesario argumentar que Cuba o la inteligencia cubana no son una amenaza para Estados Unidos, algo que hasta altos mandos militares de EEUU han confirmado, aunque se sepa poco sobre Ana Belén Montes y Walter Kendall Myers y menos del supuesto daño causado por estas personas.
Según hipótesis de algunos analistas y periodistas, estos ataques estarían dirigidos a impedir un probable intercambio de los Cinco antirreroristas cubanos por Alan P. Gross, el supuesto contratista de la USAID acusado de "Actos Contra la Independencia o la Integridad Territorial del Estado", después de las dos últimas rondas de conversaciones sostenidas entre funcionarios de La Habana y Washington.
En el informe, titulado "Evaluación de las Amenazas mundiales", divulgado con motivo de una audiencia anual en el Congreso por el “super espía” director de la Oficina, James Clapper, afirmó sobre Cuba que "La situación económica es desesperada. Las principales fuentes de dinero extranjero como las exportaciones de níquel y el turismo han decrecido", "duda que la economía cubana pueda absorber rápidamente a todos los trabajadores públicos y prevén protestas, aunque admiten que “la oposición está poco organizada”.
Lo que indica que Washington sigue apostando al derrumbe de la Revolución cubana y no dudarán en dar un empujoncito. Por otro lado, los extremistas y mafiosos de Miami, el feudo de la intolerancia, temen cualquier cambio sobre el proceso judicial a los Cinco e intentarán torpedear cualquier acuerdo, a lo que se suman los congresistas fanáticos como Ileana Ros-Lethinen y otros.
También en Miami se ha destapado un grupo de “espiólogos” y “académicos” en los pasillos del terrorismo, presentando a Cuba como amenaza, para que la hostilidad siga presente. Octavio Pérez, teniente coronel retirado de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, ha disertado, entre otros temas, sobre la venta de datos clasificados y los alcances del ciberterrorismo, según El Nuevo Herald.
"La conclusión es que Cuba sí representa una amenaza en su sistema de espionaje'', anotó Pérez. ‘‘Es un sistema muy simple, sencillo y difícil de detectar. Por eso es que siempre han pasado por el radar durante 10 ó 15 años antes de ser detectados''.
Cuando se llega a esa argumentación ofrecida desde Miami, se comprende la dimensión de los propósitos de manipulaciones y engaños, los llamados a la subversión y otras tropelías. Serían capaces de cualquier cosa si el pueblo cubano se los permitiese.