Revista Opinión
En el desolado panorama de mi blog en WordPress, un amable comentarista ha introducido el siguiente texto:“earen On julio 7, 2011 at 9:18: “¿Y el paradigma que debemos seguir es China?? Madre mía, no sé qué indicador envidia más, si el hecho que sea el país con más desigualdad del mundo, la explotación de los trabajadores al más puro estilo decimonónico, o las masas de campesinos empobrecidos que viven más o menos como los que le cortaron la cabeza a Luis XVI. El modelo Chino no es extrapolable a Occidente, para crecer como ellos las renuncias que debería asumir nuestra sociedad serían inimaginables e inabarcables por la clase media actual, por no hablar de derechos y libertades, que también habría que recortar radicalmente.China sólo puede ser paradigma de China, porque sus circunstancias son muy, muy especiales y únicas”.El éxito no es un concepto moral sino pragmático, quiero decir que, en economía, como en cualquier otra ciencia, no se trata de moralizar sino tan sólo de triunfar.Y eso es lo que yo trataba de aprender mientas leía "La estructura de las revoluciones científicas", de Thomas S. Kuhn.Smith y sus secuaces nos han dicho que hay que dejar al hombre en plena libertad porque eso nos llevará indefectiblemente a la riqueza, gracias a la segura mano, no de Dios, sino de los mercados. Y eso parece que era totalmente cierto menos ahora, que hemos llegado a un estadio de la evolución del liberalismo en el que sólo hay miseria y horror económico por todas partes y en que lo que nos repartimos todos, siguiendo a Felipe González, no es más que el miedo al futuro, sumidos en la miseria.Entonces, a mí, por lo menos, no me cabe la menor duda de que el liberalismo ha sido falsado, según la celebre teoría de Popper, y, por lo tanto, no me sirve como paradigma, y tú me preguntas razonablemente si el paradigma es China, en donde la gente dicen que sufre todo género de calamidades personales, y yo te respondo que tu pregunta no tiene nada que ver con el asunto porque no se trata, desde el punto de vista rigurosamente, estrictamente técnico, de lograr la felicidad personal sino tan sólo el éxito económico político estable.¿Es o no una revolución científica que China, un país con 1.400 millones de habitantes, no sólo no haya sufrido ninguna clase de recesión en plena vorágine, cuando todo el mundo supercivilizado se caía a pedazos, sino que haya sido capaz de seguir creciendo al 8%?Y, si admitimos esto, tenemos necesariamente que preguntarnos por qué. Y la respuesta, terrible, pero es la respuesta, es precisamente que por la falta de libertad. En China, es uno de los dogmas actuales, no hay libertad y yo creo firmemente que es precisamente por eso por lo que han triunfado económicamente, cuando todo el mundo se hunde en la miseria y esto lo admite hasta forges, cuando, ayer, en su chiste diario de El País, nos muestra a un padre que le enseña el mundo a su hijo y le dice: “todo esto que ves, mañana, será China”, o algo más o menos así.De modo que los chinos le han devuelto la pelota a FG cuando dijo aquello de que el comunismo no es sino la mejor manera de repartir la miseria.Si el mundo, según forges, va a ser indefectiblemente chino, y China, según su carta de naturaleza, su carnet de identidad, su constitución, es comunista parece, al menos, parece, que ese sabio un tanto diletante que es FG se ha equivocado un poco.Los chinos han hecho todo lo contrario que proponían ni más ni menos que Thatcher y Reagan, no sólo no han repudiado al Estado sino que lo han metido hasta en la sopa, porque el Estado es el elemento que introduce el equilibrio y la mesura en las relaciones humanas.Y la solución que le han dado al problema económico, como no podía ser de otra manera, es radicalmente ecléctica: junto al intervencionismos estatal para regularlo todo con la más firme de las manos, mercados, todos los mercados que ustedes quieran, pero bajo nuestra omnipresente vigilancia.Por eso, yo hablaba el otro día de un nuevo paradigma porque esto que acabo de escribir es una absoluta herejía desde el punto de vista liberal pero no desde la óptica china: para vender, o sea, para competir con pleno éxito en los mercados internacionales, hay que hacerlo con los precios más bajos del mundo-economía pura y dura-, y para conseguir esto hay que ordenar la producción nacional como sea necesario, pero desde arriba, o sea que de libertad en la producción, nada-antiliberalismo puro y duro-.Y esto no es sino un razonamiento matemático, en modo alguno, moral. O sea, ciencia, ciencia, pura, por consiguiente como diría FG, nos hallamos en presencia, indudablemente, de un nuevo paradigma económico.Ah, otro día hablaremos de moral, lo prometo.