Revista Salud y Bienestar
Ayer se celebró la primera sesión del VI Congreso Internacional de Medicina Ambiental que organizan las fundaciones Alborada y Vivo Sano en el CosmoCaixa de Alcobendas (Madrid). Pilar Muñoz-Calero médico y directora de Alborada, con emoción por ser el sexto año consecutivo que se celebra el evento, explicó los conceptos básico de la Medicina Ambiental, que la Asamblea del Parlamento Europeo reconoce como una disciplina “transversal”, un nuevo paradigma médico. Esta institución anima a los médicos a que se formen en ella por la necesidad de interpretar en “clave ambiental” muchos de los fenómenos que nos acechan a modo de enfermedad y a los que no se encuentra explicación con facilidad: Alzheimer, Parkinson, muchos tipos de cáncer, diabetes, hipersensibilidades a los químicos tóxicos o a las radiaciones electromagnéticas, fatiga crónica y fibromialgia, hiperactividad, intolerancias alimentarias, asma y alergias, tienen al menos relación con la contaminación ambiental a la que nos exponemos a diario.
El doctor Tinao, de la Clínica de Medicina Integrativa, destacó en la misma línea que la Medicina Ambiental supone el necesario enfoque para las principales enfermedades “modernas”. Por ello se habla de un nuevo paradigma médico. Dolores Romano, del ISTAS de CC.OO., hizo un resumen de algo que ya conté hace unos días en este blog incidiendo en la falta de independencia de la ciencia que, en demasiadas ocasiones, se pliega ante los conflictos de interés que la embriagan.
William Rea, considerado el “padre de la Medicina Ambiental” incidió en la importancia de tomar alimentos orgánicos, los que aquí llamamos ecológicos o biológicos, porque tienen más nutrientes que los comerciales, según un estudio que citó y ayudan a mejorar a los enfermos por su poder desintoxicante. Los datos que aportó son de un estudio propio realizado con pacientes de Sensibilidad Química Múltiple (SQM). Dicha alimentación es imprescindible para disminuir la carga tóxica corporal.
Javier Hernández Covarrubias, médico mexicano, habló del riesgo del mercurio que se encuentra en algunas vacunas, entre las que citó las de la gripe y en las amalgamas dentales (empastes “de plata”), del aluminio, que también está en las vacunas, del plomo en los medicamentos antiácidos o en el ibuprofeno. Llamó la atención a las mujeres embarazadas sobre el riesgo de las citadas amalgamas, del pescado azul como el atún por portar mercurio, de fumar, de los perfumes, la pintura convencional o la joyería que lleva plomo. Incidió en que los nutrientes de los alimentos ecológicos son indispensables para desintoxicar. Destacó también que ha aumentado el cáncer cerebral entre los niños porque cada vez más y a menor edad utilizan teléfonos móviles, algo que no está reglado de ninguna manera y sus padres consienten, cuando no animan. Por ello explicó un. Plan de salud en el que él trabaja que consiste groso modo en bajar la carga tóxica total, en una nutrición adecuada y suplementación y, en general, en mejorar la detoxificación.
La doctora Jean Monro, directora de la clínica Breakspeare de Londres y homenajeada la noche anterior en al sede de Alborada, explicó los tratamientos para la enfermedad infecciosa conocida como Lyme. El bioquímico Martin Pall trató sobre la exposición tóxica ambiental en las enfermedades inflamatorias crónicas. Fueron quizá las dos exposiciones más técnicas.
El aumento de la patología respiratoria en niños así como de los trastornos alimentarios, ya desde los tres meses y relacionado con el uso del biberón en vez de la lactancia materna, habló la doctora Esteve, que trabaja en la Fundación Roge Torner. Explicó que los padres y madres hoy observan cómo con los tratamientos clásicos para el asma y las enfermedades respiratorias sus hijos tienen recaídas y por ello buscan tratamientos complementarios y habló de un programa de jornadas en la naturaleza, cerca de Barcelona, para enseñar a los niños hábitos sanos con el sistema respiratorio, educación ambiental, relajación, talleres de cocina.
La tarde estuvo dedicada a la contaminación electromagnética. Fernando Pérez, especialista en geobiología disertó sobre áreas geopatógenas, sus efectos en la salud y casos concretos de intervención con éxito. José Miguel Hernández explicó de manera divulgativa qué son las radiaciones electromagnéticas; cual es la evidencia científica existente hoy, muy abundante; los síntomas que se producen y las enfermedades relacionadas con ello, como la electrohipersensibilidad. Según él, los límites legales no nos protegen. Los hizo la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1998 con estudios anteriores; luego se publicó una Recomendación de la Unión Europea en 1999; y España la adaptó en 2001. Todo muy rápido y realizado con material científico algo antiguo y sin tener en cuenta que la realidad ha cambiado a pasos de gigante pues hoy la contaminación electromagnética es muy superior, por la extensión de las tecnologías que la emiten.
Los niveles de emisión pues, no contemplan la radiación 24 horas a la que estamos sometidos hoy. Existe suficiente evidencia científica como para al menos revisar los límites establecidos. Alfredo Suárez, director de la Fundación Vivo Sano, argumentó que el wifi no es inocuo y que los niños estaban obligados a soportarlo mediante el plan Escuela 2.0, por el que cada alumno tendría un portátil conectado con wifi. La crisis lo ha suspendido. Las autoridades españolas no están protegiendo la salud de los niños, cuando el Parlamento Europeo lo solicita y por ello han impulsado la campaña Escuela sin Wifi.
Enlace recomendado Bufete Almodóvar & Jara