Seguramente uno de los fenómenos más relevantes a los que estamos asistiendo, tras el estallido de las redes sociales, sea la avalancha de likes que antepone la relevancia a la reputación. Likes o fans como sinónimo de éxito, todo se simplifica de esta manera.
Paul Mockapetris, creador del Domain Name System (DNS), afirmaba con bastante tino que: Gracias a las redes sociales asistimos a la mayor exhibición de egos que ha conocido la humanidad. Algunos dicen que es creatividad, claro. Otros hablan de inteligencia colectiva. Yo no digo que sea malo, pero está ahí, el ego enorme ocupando ancho de banda’. En las redes sociales nos cansaremos de la exhibición y empezaremos a buscar la utilidad. Esa es la segunda revolución que va a hacer nuestras vidas un poco más fáciles.
Las redes sociales son o deberían ser mucho más que una plataforma multiplicadora de relevancia. No podía faltar en este post, la última acción de Coca-Cola Zero que basa el beneficio del producto en las ventajas que añade un “zero” a la vida. En principio puede parecer que no aporta demasiado, pero sí, si se trata de número de fans en actividades minoritarias como la petanca, la pesca o la lana. Añade decenas de seguidores e incrementa tu ego. En definitiva, convierte lo banal en trascendente en un abrir y cerrar de like.