Hoy os traigo la última reseña de este 2011 que ya se acaba. Pero 2012 también llegará cargado de reseñas, de entrevistas, de presentaciones, de ortografía y, espero, de mucha felicidad, sueños cumplidos y muchas, muchas lecturas que compartiremos entre todos. Pero ahora vamos a lo que nos ocupa. Conocí este libro en el blog de María, De todo un poco. Me llamó muchísimo la atención y me entraron unas ganas enormes de leerlo.
Y el 3 de diciembre su autor, Francisco José Sánchez Lizón, se puso en contacto conmigo por email y me ofreció enviarme su libro para leerlo y, si me apetecía, reseñarlo en el blog. Me gustó su ofrecimiento. Primero, porque tenía ganas de leer el libro y segundo, porque en todo momento me dejó total libertad para elegir. Él estaba dispuesto a mandármelo, leerlo y reseñarlo era decisión mía. Sin ningún compromiso, obligación o presión. Y eso siempre es de agradecer.Recibí el libro dedicado el viernes 9 de diciembre, todo un detalle que me hizo muchísima ilusión y que desde aquí quiero agradecer a su autor. Aunque estaba con otro libro en las manos, al día siguiente, el sábado, sola en casa, porque Pablo estaba en la comida de Navidad de la empresa, tumbada en el sofá con Calcetines a mi lado y oyendo caer la lluvia al otro lado de la ventana, no pude resistirme y cogí el libro de la estantería. Sus 117 páginas me duraron un suspiro, lo leí de un tirón. Porque la historia engancha muchísimo, es imposible dejar de leer desde la primera página. La tensión, la intriga, el misterio, los interrogantes, la angustia, las incógnitas, el ritmo trepidante, los giros imprevistos, las sorpresas nos atrapan y nos obligan a leer para llegar al final y poder encajar todas las piezas que forman esta historia. Los siete protagonistas de esta historia solo tienen una cosa en común: respondieron a un anuncio del periódico en el que se ofrecía un trabajo muy bien remunerado. Todos acudieron a una inquietante entrevista de trabajo en un barrio de edificios abandonados conocido como El Oasis. Y todos entraron a formar parte de una extraña misión. No saben nada, no pueden contarle nada a nadie. Lo único que tienen que hacer es seguir las instrucciones. Unas instrucciones que reciben en los momentos y los lugares más inesperados y siempre de manos de extraños. Tan solo un sobre con su nombre, un símbolo y unas coordenadas. El siguiente paso es acudir al edificio que se encuentra en esas coordenadas: una biblioteca, un edificio de Hacienda, un juzgado, un museo, una iglesia, el ayuntamiento y una comisaría de policía. En todos estos lugares encontrarán o les entregarán otro sobre con unas nuevas instrucciones. Todos están desconcertados, no entienden nada, no saben para qué o para quién están trabajando, ni siquiera saben cuándo y cuánto van a cobrar por ese extraño trabajo lleno de misterios, de secretos y tampoco saben si son los únicos metidos en ese lío o si hay más gente implicada. De lo único de lo que están seguros es de que es algo ilegal pero que, aun así, están dispuestos a llegar hasta el final. Porque todos, por uno u otro motivo, están desesperados y necesitan el dinero. Linda es una veinteañera que vive con su madre desde que su padre murió y lleva ocho meses en paro. Mauro es alcohólico y su matrimonio no es lo que él había esperado. Andrea es una joven estudiante de Informática. Carolo es un italiano que en el pasado heredó el dinero y las empresas de su acaudalado padre pero que ha perdido todo por culpa de su ludopatía. Marta es una joven solitaria, Silvia es su única amiga y pasa su tiempo estudiando, trabajando y chateando en su apartamento, donde a duras penas sobrevive sola. David vive solo, con sus dos gatos y su perro, se dedicaba a invertir en Bolsa y es solitario. Por último, Elizabeta vive con su hijo pequeño desde que ella y su marido se divorciaron. El siguiente paso de su misión, la siguiente instrucción, consiste en acudir a un concierto de heavy metal. Y hasta aquí puedo leer. No quiero desvelaros nada más de la trama, que ya os he contado bastante. Ahora os toca a vosotros adentraros en esta novela corta pero intensa, altamente adictiva, llena de misterios, de preguntas sin respuesta, de incógnitas. Dudas, fantasmas, miedos, temores, órdenes anónimas. Pero, por suerte para nosotros, toda esa intriga se resuelve al final del libro. Un final sorprendente, imprevisto y, al menos para mí, totalmente inesperado e imprevisible. Un final que pone un broche de oro y que ayuda a encajar todas las piezas de este puzzle construido con un ritmo trepidante que palabra a palabra, frase a frase y página a página nos deja sin aliento y nos obliga a seguir leyendo si queremos saber quién y qué se esconde en El Oasis maldito.