RussiaGate ahora es una completa letra muerta, porque #ObamaGate está tomando su lugar. ¿Hasta dónde llegó el entonces presidente Obama para dañar a su sucesor?
Ahora está claro que el Departamento de Justicia y el FBI - Obama-Comey nunca tuvieron nada más sustancial que una ridícula ficción del dossier Steele para justificar la investigación de "contrainteligencia" de la campaña de Trump. Sin embargo, las filtraciones incesantes de esa investigación supuestamente confidencial terminaron consumiendo los primeros meses el gobierno de la administración Trump, seguidos de la investigación especial dirigida por Bob Mueller que demostró ser casi una "caza total de brujas" tal como el presidente Trump denominó.
Michael Flynn formalmente informó a las autoridades de los Estados Unidos que en el año 2016 Barack Obama ordenó a la CIA, FBI, NSA y a la DIA (esta última de la cual el era director) que espiaran a Donald Trump y todo su entorno para usar información comprometedora en su contra.
La información publicada luego de que el Departamento de Justicia retiró sus cargos contra el general Mike Flynn muestra que el presidente Barack Obama, en sus últimos días en el cargo, desempeñó un papel clave en avivar las llamas del falso escándalo. Completamente informado Obama sobre la investigación del "“Crossfire Hurricane”, sabía que el FBI no había encontrado nada a pesar de meses de trabajo iniciado en julio de 2016.
Sin embargo, el 5 de enero de 2017, Obama le dijo a los altos funcionarios, al entonces director del FBI James Comey y Yates que se quedaran en la nueva administración, haciendo parte y convirtiéndose en miembros cruciales del Equipo Trump .
Lo sucedido en una reunión en la Oficina Oval en la que intervinieron el entonces Vicepresidente Joe Biden, los jefes de inteligencia John Brennan y Jim Clapper y la asesora de seguridad nacional Susan Rice, así como el Director del FBI Jim Comey y la Fiscal General Adjunta Sally Yates, lo discutido fue resumido en un memo escrito por Rice: "Desde una perspectiva de seguridad nacional, el presidente Obama dijo que quería asegurarse de que, a medida que nos relacionamos con el equipo entrante, tengamos en cuenta que no debemos compartir ninguna información en lo que se refiere a Rusia ".
Esto incluso cuando el entonces presidente Obama también ordenó que se informara a la mayor cantidad de personas posible en toda su administración sobre las acusaciones (totalmente sin fundamento) contra el Equipo Trump, y cuando Rice y otros tomaron medidas sin precedentes para "desenmascarar" a ciudadanos estadounidenses como Flynn cuyas conversaciones habían sido grabadas en escuchas telefónicas federales con extranjeros.
Flynn informó que su destitución como Director de la DIA ocurrió después de que enfrentara a Obama y le aclarara que, bajo su dirección, esa agencia no acataria ordenes de espionaje por ser inconstitucional e ilegal, motivo por el cual lo destituyen y le dan retiro militar obligatorio.
Los agentes del FBI no le dijeron a Fynn que estaba bajo investigación, incluso Sidney Powell señaló que Obama sabía sobre las llamadas hechas por Flynn en diciembre de 2016 al entonces embajador ruso Sergey Kislyak antes de que agentes del FBI entrevistaran a Flynn el 24 de enero de 2017, un acontecimiento que sorprendió a la entonces subsecretaria general Sally Yates.
"Todo fue orquestado y establecido dentro del FBI, [el ex director de inteligencia nacional James] Clapper, [el ex director de la CIA John] Brennan, y en la reunión de la Oficina Oval ese día con el presidente Obama", dijo Powell. Cuando se le preguntó si Obama sabía sobre el complot planeado, Powell respondió: "Absolutamente".
De hecho, el gobierno de Obama se lanzó a una ofensiva de filtración a gran escala, entregando al Washington Post, New York Times y otros, un gran número de acusaciones "anónimas" de supuestos vínculos de los colaboradores de Trump con Moscú, sugiriendo que las investigaciones habían encontrando toneladas de suciedad traidora en el Equipo Trump, cuando en realidad los investigadores se habían quedado sin nada.
Lamentablemente, el FBI con Comey siguió el juego: engañó a Flynn con una entrevista "amistosa" que más tarde se convirtió en su contra para acusarlo con falsos cargos (que fueron retirados la semana pasada), y desencadenaron en un caos en la Casa Blanca y que llevaron a su destitución. Todo esto sucedía aún cuando el FBI ya había investigado al General con un peine de dientes finos y había concluido que este no había hecho nada en asociación con los rusos.
Flynn informó que Hillary Clinton sabía del espionaje, y que incluso ella usaba la información recibida a favor de su campaña electoral, porque todas las acciones de las agencias del gobierno tenían como único fin beneficiar a esta en las elecciones presidenciales contra Trump.
Mientras tanto, el propio Comey le dio a Trump una información intencionalmente engañosa sobre el dossier Steele. A eso le siguieron filtraciones que sugirieron que el expediente era la punta del iceberg, en lugar de un paquete de insinuaciones que no se habían verificado bajo la investigación del FBI.
Flynn informó que del espionaje sabía Hillary Clinton, quien incluso usaba la información recibida a favor de su campaña electoral, porque todas las acciones de las agencias del gobierno tenían como único fin beneficiar a esta en las elecciones presidenciales contra Trump. Trump despidió a Flynn en febrero de 2017 por mentirle al FBI y al vicepresidente Mike Pence sobre sus contactos con Kislyak, Flynn se declaró culpable de mentirle al FBI en diciembre de 2017, pero trató de cambiar su declaración en enero pasado cuando consiguió un nuevo equipo legal, acusando a los fiscales federales de involucrarlo
El Departamento de Justicia presentó documentos judiciales la semana pasada para retirar el caso contra Flynn, argumentando que la entrevista del FBI estaba "sin bases e injustificada por la investigación de contrainteligencia del FBI sobre el Sr. Flynn" y "se realizó sin ninguna investigación legítima". El abogado principal del ex asesor de seguridad nacional Michael Flynn acusó el domingo al ex presidente Barack Obama, otros altos funcionarios de la administración y el FBI de involucrar a su cliente
Flynn informó que, en violación de la constitución y todos los códigos de ética de los Estados Unidos, el ex-presidente Obama se veía EN SECRETO con el director del FBI, James Comey, en reuniones no supervisadas donde discutían y decidían el curso de los expedientes abiertos a Trump.
En el año 2016 cuando Trump "insinuó" que le tenían una cacería de brujas, Obama hizo una rueda de prensa para declarar lo siguiente: "No hablo con fiscales, ni con el FBI sobre investigaciones pendientes, tenemos normas estrictas y siempre las hemos cumplido".
Flynn además informó, que este espionaje no solo fue ordenado contra Trump, sino tambien, aunque en menor medida, contra personas del mismo partido demócrata para provocar su abandono de la contienda presidencial y lograr que la candidata finalmente fuese Hillary Clinton.
Por todo esto, el sistema de justicia está en camino de iniciar las investigaciones pertinentes que podrían llevar a Barack Obama, Hillary Clinton y a todos sus colaboradores tras las rejas por asociación para delinquir, fraude procesal y corrupción. El #OBAMAGATE apenas empieza.