Enrique Almaraz y Santos, cuyo señorío se extendía a varios pueblos de Pernía, La Lastra, Liébana y Polaciones, entra a caballo en Lebanza acompañado por su séquito.
Por lo que ha ido trascendiendo en otras localidades de la zona, unos días antes de recibir estas visitas, los vecinos elaboraban un arco de flores y rosquillas para acudir a recibirle a la entrada del pueblo. Como había buenos canteros, había también buenos poetas que, al componer, exponían en sus versos las carencias.
A propósito de la llegada de un párroco nuevo, a quien se le rindió el mismo tributo, circuló durante mucho tiempo y ha llegado hasta nosotros esta anécdota:
¡Viva el párroco! –gritaban en Lebanza-
Y a uno se le escapó: ¡Que viva el pajarraco!
Las imágenes datan de la primera y segunda década del siglo XX, del periodo 1905-1918, y a través de ellas podemos recrear la dureza del invierno, las tradiciones, las vestimentas, los antiguos edificios… Se trata de imágenes estereoscópicas, realizadas con una cámara de dos objetivos. Froilán de Lózar, Primeras imágenes de Pernía, Editorial Aruz, Julio de 2010.