Revista Opinión

El objetivo de Podemos es liquidar al PSOE

Publicado el 16 mayo 2016 por Franky
El PSOE es el gran obstáculo que se interpone entre Podemos y el poder. La estrategia de Podemos, el comunismo de nuevo rostro diseñado en Cuba, pasa por alcanzar el poder a través de las urnas, apalancarse en el Estado y, si puede, no abandonarlo nunca más, pero, para lograrlo, requiere dominar antes todo el campo de la izquierda y ganar así las elecciones con mayoría suficiente. El objetivo prioritario de Podemos hoy es liquidar al PSOE y convertirse en dueño de la izquierda en España. --- El objetivo de Podemos es liquidar al PSOE Muchos españoles se identifican con las ideas y reivindicaciones de Podemos, sobre todo con sus nuevos planteamientos para terminar con la corrupción, pero temen que si votan a Podemos ese voto podría ser el último.

Ese temor a que el totalitarismo se apodere del poder se basa en la naturaleza del comunismo, que se considera con derecho pleno a ocupar el poder sin alternancia, ejerciendo una dictadura del proletariado, y al espíritu del nuevo modelo comunista, diseñado en Cuba para que el viejo comunismo, derrotado en la URSS y en sus satélites tras la caída del Muro de Berlín, resucite y tenga pujanza en el siglo XXI.

En Venezuela, donde el comunismo nuevo libra su gran batalla, los gobiernos están siguiendo el guión con fidelidad y Maduro se resiste a abandonar el poder, a pesar de que ha perdido la mayoría parlamentaria.

Las ambiciones de Podemos serán sólo un sueño mientras la izquierda española prefiera al PSOE y lo mantenga como partido hegemónico. La fuerza y pujanza del PSOE bloquea el ascenso de Podemos al poder y cierra el paso a ese neocomunismo que, después de haber triunfado en varios países de América Latina, quiere convertir a España en cabeza de puente para su desembarco en Europa y el mundo desarrollado.

El llamado Socialismo del siglo XXI, diseñado en la Cuba castrista, es una modernización del viejo comunismo que se presenta travestido de democracia y que conquista el poder en las urnas, dotándose así de legitimidad. Pero una vez en el poder, el totalitarismo, oculto hasta ese momento, da la cara y empieza a maniobrar para que su derrota electoral nunca se produzca y el poder conquistado se convierta en eterno: cambio de leyes, clientelismo a manos llenas, cambio de la Constitución, prolongación de los periodos presidenciales, control de los poderes legislativo y judicial, control férreo de las fuerzas armadas y, sobre todo, creación de un partido único con servicios de inteligencia y miles de agentes y chivatos infiltrados en la sociedad, cuyo objetivo es neutralizar y someter a la sociedad civil, imponiendo al pueblo un terror de baja intensidad pero de eficacia diabólica.

El rastro de ese socialismo del siglo XXI puede apreciarse en Cuba, Venezuela, Nicaragua y, con matices, también en Bolivia y Ecuador, además de influir en gobiernos como los de Argentina (con Cristina Kirchner) y Brasil.

Ese nuevo socialismo es el que admiran y quieren instaurar en España los actuales dirigentes de Podemos y el sector de Izquierda Unida que lidera Garzón, otro converso al neocomunismo travestido de democracia.

Aunque el comunismo es una ideología derrotada que debería estar enterrada porque fue derrotada, vergonzosamente, por su propio pueblo cuando cayó el Muro de Berlín y los ciudadanos escupieron sobre la elitista y arrogante clase dirigente comunista, llena de privilegios e incapaz de haber creado un sistema próspero y libre, los comunistas no desaparecieron y, tras analizar las causas de su ruina y fracaso, decidieron reeditar el viejo comunismo, ahora disfrazado de democracia popular, dispuestos a cumplir el sueño de Lenin, pero ahora sin tomar el poder a través de la revolución o el golpe de Estado, sino a través de las urnas, aprovechando en beneficio propio las debilidades de las democracia y la corrupción que pudre a los partidos burgueses que, sin serlo, se autoproclaman democráticos.

Países como Nicaragua, Venezuela y la misma España reúnen condiciones para que el pueblo, frustrado ante la inmensa ineficiencia, injusticia y corrupción generada por los antiguos partidos, vote y aupe hasta el poder a partidos comunistas camuflados como democráticos, verdaderos lobos totalitarios con piel de oveja.


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