- ¿Tu cámara qué objetivo tiene?
- Pues.... hacer fotos.
Chiste malo pero absolutamente clarificador. ¿Para qué es una cámara fotográfica? Para hacer fotos. Y ¿cómo se mide la calidad de las fotografías? Para el observador, es pura estética. Para el profesional, es pura técnica. Para el protagonista, es bueno o malo.
Cuando un profesional del protocolo organiza un evento, ha de tener estas tres miradas más una extra.
1. La del observador. El individuo ajeno al evento que vea la fotografía, tiene que entender lo que transmite. Y lo tiene que entender sin pensar, de forma automática. Ve una pareja de novios en el altar y no tiene que reflexionar sobre lo que está pasando: Se están casando. Para el que mira la fotografía sin haber participado en el evento, todo ha de estar claro. Qué se hace, quién es el importante, dónde está y para qué.
2. La del técnico. El fotógrafo profesional (en estos casos normalmente vinculado al periodismo) prepara y/o solicita las condiciones lumínicas, métricas, de composición... Sabe perfectamente qué recursos técnicos ha de aplicar en cada caso; sabe dónde está el mejor tiro de cámara; sabe captar el eje central de la imagen.
3. El protagonista. Siempre quiere verse bien, que se le vea bien. Quiere estar guapo y quiere que todo el mundo lo vea así. Persona, producto, marca... lo que sea, ha de mostrarse limpiamente para que se vea su mejor versión.
¿Y cuál es el cuarto elemento?
4. El profesional de protocolo. Esta cuarta mirada aglutina todas las anteriores. Organiza el evento y lo tiene en la cabeza, lo visualiza en cada una de sus partes, por separado y entrelazadas, las armoniza y las compone intengrando todos los actores que participan.
Ordena el escenario, incluidas personas, para que tenga sentido, se transmita el mensaje de forma diáfana, clara y sencilla y no existan elementos que distorsionen, que molesten, difunimen o distraigan el mensaje, posibilitando que llegue a su destinatario (público) de forma eficaz y rotunda.
Sabe dónde colocar cosas y personas; sabe qué escenario elegir; sabe qué medios y espacios se necesitan para que el resto de técnicos puedan realizar su trabajo con eficiencia y comodidad; sabe adecuar los recursos y las necesidades; sabe medir los tiempos; ve detalles que se escapan al resto; escudriña el paisaje interceptando objetos molestos y/o inapropiados, protege y potencia la imagen corporativa... es decir, realiza un barrido general (virtual y real) con la mirada, y analiza si lo que se va a ver y transmitir es lo que se quiere hacer llegar y lo que llegará.
Como ejemplo iluminador muestro esta fotografía encontrada en google al azar, curiosamente buscando en clave en "presidente". ¿Cómo es posible que este presidente no se horrorice tras la visualización del resultado?. ¿Esto quería transmitir? ¿Qué se ve?
Inauguración de la nueva ITV en la localidad de Polanco(noviembre de 2011)
En el enlace del pie de foto puede leerse la noticia completa.
El barrido escudriñador: Un montón de gente distraída en un acto con alguien importante que está diciendo algo en un sitio inidintificable.
Y si queremos entrar en detalles, vamos a analizarlos.
Dividiendo la fotografía en varios planos (por lo menos cuatro) y empezando por el primero:
Hay un señor de pie, con apariencia descuidada (corbata torcida, hombros caídos, chaqueta abierta, pantalones demasiado largos), con una carpeta innecesaria bajo el brazo a la hora de dar un discurso, sobre todo si el micrófono no es ni de pie ni inalámbrico y lo tiene que sujetar él mismo. No se sabe dónde mira ni a quién está explicando lo que sea que está diciendo. Con artilugios rodeándole (trasera de pantalla sobre columna -bonito cable-, artilugio a su izquierda que invade el primer plano...)
Tres señores a su derecha, aburridos y dispersos. El primero (es el alcalde) se acaba de sacar la mano del bolsillo del pantalón (lo chiva la chaqueta doblada hacia dentro), tiene la postura descuidada, la mirada perdida hacia el techo y seguro que se habrá disgustado al verse a sí mismo en una foto tan delatadora. El señor de enmedio (no sabemos quién es, la noticia no lo especifica en el pie de foto), con la mirada más perdida que el alcalde y con los brazos cruzados (¿dónde los pone si no? ¿cruzados en la espalda? ¿eso es mejor o peor?). El más próximo al orador, con gesto circunspecto e igual de ausente. Ninguna de las tres caras ni actitudes son amables, colaboradoras, ni expresan intención positiva.
Los tres parecen decir "me toca estar aquí, es lo que hay y un acto más. Sabré que acaba cuando deje de oir al que habla".
A continuación, en segundo plano y de izquierda a derecha aparece en primer lugar una señora de verde que no sabríamos decir si pertenece a la supuesta empresa o es una azafata más, y tres medios cuerpos que se adivinan a las espaldas de la supuesta presidencia.
Luego vemos a dos bellas señoras (estas sí que son azafatas, seguro) intentando guardar la compostura y respondiendo a ese estereotipo tan convencional: monas y arrregladas. Molesta esa chaqueta abierta y la mirada distraída.
Los señores del fondo son impresionantes... posturas y descomposturas... hablan por sí mismas.
Y ahora el escenario.
Es una nave y sabemos que una ITV porque lo dice la noticia y la fotografía nos da algunas pistas.
¿De verdad no había un trocito de sitio diáfano, limpio, donde colocar un atril para el micro, con una baldita para dejar los papeles, y poner detrás un fondo corporativo con los logotipos o banderas institucionales?
¿El público no estaría mejor frente a los protagonistas y no detrás de ellos?
Si esta fotografía la hizo un profesional, sufriría muchísimo... ¿qué quería sacar en la foto? ¿a todos? ¿para que pareciera que había mucha gente? no entiendo...
¿Quién dijo a las azafatas que tenían que estar justo en ese sitio? Y sobre todo ¿Para qué estaban allí, las dos juntas y detrás de los protagonistas?
Esto es una muestra más del descuido, de la no profesionalidad, del hacer al tuntún...
En la inauguración de una nave para la realización de talleres, es decir, un entorno similar, vemos que no es tan difícil ordenar mínimamente el acto. Personalmente no me gusta el escenario, pero como lo inauguraba la alcaldesa (del Psoe) pueden entenderse la elección del color (¿?) y la tarima creo que era innecesaria.
Pero al menos vemos el rinconcito despejado, delimitado, la identidad corporativa, la presencia institucional, la presidencia ordenada y en buena compostura, el atril con su micro y su lejita para los papeles, el público donde debe estar, es decir, fuera del punto de foco... en fin, es mejorable pero bastante apañado. Dudo que lo organizara alguien profesional pero seguro que sí consciente de la importancia del protocolo y con inquietud suficiente para buscar información sobre la mejor manera de hacer las cosas.
Sólo, y desde la moderación, podríamos cuestionar el tiro de cámara elegido por el fotógrafo, que es obvio que tenía mucha mejor posición disponible para hacerla y haber conseguido una mejor identificación de cartelería y presidencia.
Las comparaciones pueden ser odiosas, pero desde luego en estos casos son necesarias. No se trata de más o menos dinero. El protocolo no es eso. Ni es dinero ni es para nobles y/o ricos. Es organización y optimización de recursos. Es capacidad para armonizar y rentabilizar.
La primera fotografía es la muestra de la ausencia de un profesional en protocolo. La segunda, la muestra de que es probable que lo hubiera.
En eso trabajamos las personas dedicadas al protocolo, y no a la indocumentada afirmación de la señora Islas en su artículo del ABC.