Revista Opinión

El Occidente degenerado y la chusma en Siria

Publicado el 02 septiembre 2013 por Franky
Muchos lectores me han pedido que escriba sobre Siria. Hasta ahora me había resistido a hacerlo porque soy consciente de que mi visión no coincide con la de la mayoría y, en algunos casos, causará escándalo. No creo que existan rebeldes auténticos en Siria y si los hay son pocos. La mayoría de los que combaten contra el régimen son mercenarios pagados por Arabia y sus aliados de Occidente, con Estados Unidos a la cabeza. El dictador sirio Assad no es ningún santo y tiene rasgos despóticos y sanguinarios, pero no es peor que la "chusma" que intenta derrocarlo, con el apoyo de unas potencias occidentales cada día mas degradadas y alejadas de una democracia que exige verdad y decencia. La solución militar que impulsa Estados Unidos no es solución alguna para los problemas de Siria, ni pretende serlo. Lo único que busca es gasto militar para reactivar la economía y, sobre todo, apoyar el bando árabe que encabeza Arabia Saudí, enfrentado a muerte con el bando que encabeza Irán. He elido un artículo de Prada que resume bien lo que acurre y con el que coincido en por lo menos un 90 por ciento. Así que lo reproduzco para que los demócratas españoles sepan a que atenerse, como son nuestros aliados y en la indecente tribu en que estamos encuadrados los españoles, en el concierto mundial. El Occidente degenerado y la chusma en Siria La intervención en Siria es un subterfugio para desestabilizar aún más la zona y justificar una ofensiva contra Irán.

Empecemos por aclarar que en Siria no hay ninguna guerra civil. Los llamados «rebeldes sirios» no reclaman reformas ni acaudillan ninguna «revolución popular». Los llamados «rebeldes sirios» no son sino mercenarios y terroristas reclutados en los parajes más variopintos del atlas, financiados desde Qatar o Arabia Saudita y con frecuencia adiestrados por los propios Estados Unidos, que les llevan prestando apoyo logístico –al igual que Israel– desde que comenzara el conflicto. Enfrente de ellos se halla un régimen de corte dictatorial que, al igual que ocurría con Sadam Husein en Irak o con Gadafi en Libia, se distingue por ejercer la tolerancia con las comunidades cristianas y por defender los barrios en los que se asientan de los sanguinarios ataques de los «rebeldes», que no pierden ocasión de cometer las atrocidades más espeluznantes contra los cristianos. Si esta chusma no hubiese recibido incesantes refuerzos, financiación y suministros de armas desde el exterior, la guerra en Siria habría sido atajada hace tiempo.

Como los Estados Unidos no pueden proclamar sin ambages que apoyan el terrorismo en Siria justifican ahora su ataque alegando que el régimen de Assad ha utilizado armas químicas. ¿Quién puede tragarse semejante superchería? El ataque con armas químicas ocurrió en Guta, el suburbio oriental de Damasco, donde Assad mantiene reñida disputa contra los terroristas financiados desde el exterior. Resulta muy difícilmente concebible que se empleen armas químicas allá donde se mantienen concentradas tropas; y resulta directamente rocambolesco que, además, se empleen mientras los inspectores de armas de la ONU se hallan en el país. Las armas químicas, evidentemente, han sido empleadas por la chusma a la que apoya Estados Unidos. Y el intento de justificar tan burdamente la intervención se incorpora así al repertorio de engañifas fabricadas por los Estados Unidos en su afán imperialista, iniciado con la voladura del Maine.

La intervención en Siria fue diseñada hace mucho tiempo, a modo de prólogo al ataque a Irán, que es la pieza que en última instancia se pretende abatir. Las razones que se alegaban para justificarla eran, sin embargo, tan inconsistentes y la calaña de la chusma que combate a Assad tan repugnante que tal intervención se había tenido que aplazar. Pero el peligro de colapso inminente del dólar ha exigido urdir ahora esta engañifa tan burda. Por aceptar euros a cambio de petróleo fue derrocado Sadam Husein; por pretender crear una divisa africana fundada en el patrón oro –el dinar– fue liquidado Gadafi; por pretender desligar las ventas de su petróleo del dólar, Irán se ha convertido en la bicha de los americanos. El problema de fondo es que el dólar, la moneda de reserva mundial desde Bretton-Woods, está cada vez más desprestigiada; con una deuda pública mayor que todos los países de la Unión Europea juntos, cada dólar que imprime Estados Unidos es, a estas alturas, papel mojado. El colapso del dólar sólo se podrá dilatar mientras se mantenga como divisa de las transacciones internacionales de petróleo; en cuanto un grupo de países empezase a comerciar en otra divisa, Estados Unidos iría a la bancarrota. La intervención en Siria es tan sólo un subterfugio para desestabilizar aún más la zona y justificar una ofensiva contra Irán.

«Otra vez millares de víctimas serán sacrificadas sobre el altar de una imaginaria democracia», acaba de denunciar paladinamente el Patriarcado de Moscú. Estamos en manos de una chusma dispuesta a todo con tal de mantener su supremacía.

"Chusma", publicado en ABC

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