Acabo de leer un artículo titulado Mama, no puedo parar los pensamientos que me llegan a la cabeza.
En él se habla de la sobre-estimulación y como las personas necesitamos el aburrimiento para ser dueños de nuestro tiempo. Dice el artículo que los niños tienen acceso a demasiadas cosas que les dan información que luego les cuesta procesar. No estoy de acuerdo del todo con la relación entre la frase de la niña y la conclusión del artículo. Tampoco creo que necesitemos el aburrimiento como tal, pero sí necesitamos ser dueños de tiempo nuestro.
Es necesidad no satisfecha no es algo exclusivo de los niños, a los adultos nos pasa lo mismo.
Nos sucede a los adultos que queremos hacer las tareas rápido para así disponer de más tiempo libre y luego necesitamos “comprar” ocio para llenar ese tiempo libre.Mucho de ese tiempo libre lo ocupamos con actividades que nos inyectan distracción sin esfuerzo (como la televisión) en vez de realizar actividades que exijan nuestra dedicación y que no supongan una recepción pasiva del contenido.
En cierta forma. nos esforzamos por tener tiempo disponible y luego pedimos a otros que hagan que ese tiempo libre pase lo más rápido posible para evitar el aburrimiento. ¿No es esto un sinsentido?
Gran parte de los métodos de ocio que elegimos tienen que ver con estarse quieto y dejarse distraer, sin pensar, sólo recibiendo, sin generar trabajo mental ni físico y eso creo que no es útil para la mente de adultos o de niños.Creo que estamos sobre-estimulados, porque recibimos de forma pasiva mucho más de lo que captamos activamente, es decir, nos quedamos quietos dejando que entre lo que sea (televisión y publicidad), en vez de decidir qué queremos retener. Lo segundo sería el resultado de un paseo por el campo, donde hay mucha información y podemos ir pasando la vista de un sitio a otro.
Sin embargo, el título del artículo es “Mamá: no puedo parar los pensamientos que me llegan a la cabeza” y yo hago una interpretación muy distinta de esta frase.
Trabajo con jóvenes y adultos para ayudarles a movilizarse y a desarrollar un pensamiento que los libere del bloqueo. En nuestras conversaciones escucho mucho comentarios como ese y no tienen que ver con la estimulación externa sino con la actividad interna. Sucede cuando una persona no es capaz de dejar de pensar, cuando el proceso de pensamiento está siempre funcionando de forma autónoma. La respuesta a esta situación guarda relación más con la relajación o meditación y con la gestión de pensamientos que con el control de los estímulos.Creo que a esta niña le sorprende que el pensamiento tenga vida propia sin saber que podría aprender a reducirlo y a gestionarlo. Cuántas veces he oído frases como “A mi lo que me pasa es que pienso demasiado” y yo les respondo que no se trata de pensar menos, sino de pensar mejor.
Y ese es precisamente gran parte de mi trabajo, ayudar a las personas a pensar mejor, a desarrollar un pensamiento útil.Carlos Melero
http://carlosmelero.com
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