A estas alturas del curso hay que reconocerle a la lideresa del PP de Madrid, Esperanza Aguirre, que tiene un ojo clínico fuera de lo común para elegir a las personas a las que encumbra.¿Recuerdan a Manuel Soriano? Era su jefe de prensa. Lo colocó de director general de Telemadrid en cuanto se hizo con el Gobierno Regional. Al poco fue acusado de acoso sexual por una de sus secretarias y tuvo que largarse. Eso sí, después de aguantar en el cargo hasta el último momento y alegando motivos personales. Motivos que no le impidieron ocupar a continuación la presidencia del Consejo de Administración de la cadena autonómica. En 2008, la denuncia fue archivada por la Audiencia Provincial.
Más recientemente, Aguirre seguramente creía apostar sobre seguro al nombrar al paladín de la defensa de la mujer, Jesús Neira, como presidente del Consejo Asesor del Observatorio Regional contra Violencia de Género. ¿Qué elección podía ser más adecuada (y mediática) que la de un hombre que había estado a punto de morir por defender a una mujer de los malos tratos de su pareja? Lo malo es que el doctor Neira enseguida se destapó como un ultraderechista faltón que en nada respetaba a la mujer, como dio prueba en numerosas ocasiones en sus diatribas en Intereconomía. Se despachó a gusto sobre todo insultando a las hijas de Rodríguez Zapatero por su aspecto y la ropa que eligieron para ir a ver a Barack Obama en la Casa Blanca. Todo muy propio de un defensor de la mujer, especialmente si es menor. Pero estas hazañas no fueron suficiente motivo para un cese fulminante. Al fin y al cabo ¿qué se podía esperar de una presidenta que coloca a su jefe de prensa como director general de la cadena pública propiedad de la Administración que dirige?Neira tampoco cayó en desgracia por llamar pelele a Obama o por insultar zafiamente a todo aquel que no compartía su visión reaccionaria, sino por por conducir ebrio por la M-40, es decir, por triplicar la tasa de alcoholemía permitida. Pero ni así se atrevió a cesarlo. Se limitó a disolver el consejo que presidía.
El tercer patinazo de la lideresa está encarnado en alguien que, precisamente, dio mucha cancha a Neira en el programa que dirige en Telemadrid: Fernando Sánchez Dragó. El escritor ha admitido en su último libro un delito sexual. Se acostó con dos menores en Japón. Y lo confiesa, muy picarón él, porque dice que ya ha prescrito el delito, pues fue en 1967. ¿Hay delito más repugnante? Sánchez Dragó ahora intenta matizar lo que ha escrito pero de un gran escritor como él, tan culto y preciso con el idioma, no nos creemos que se explicara tan torpemente como quiere hacernos creer. De momento, el comité de empresa de Telemadrid ya ha pedido que lo larguen. Habrá que esperar. Lo mismo Aguirre hace como con Neira, y por no cesar a Sánchez Dragó cierra Telemadrid.