En Soria, cerca de los parques del Cañón del Río Lobos y Sierra Cebollera, se encuentra La Fuentona y el Sabinar de Calatañazor, dos lugares espectaculares que se pueden visitar a la vez.
Seguramente estos abuelos de la naturaleza fueron testigos de la legendaria batalla que libraron las tropas cristianas contra el temido caudillo moro Almanzor, en el año 1002. La lucha fue tan cruel que el campo de la batalla ha quedado bautizado como el Valle de la Sangre.
La guinda a tanta historia y belleza la pone Calatañazor. Un pequeño pueblo medieval, encaramado entre el roquedo, en donde al entrar uno queda impregnado del ambiente medieval de sus casonas, murallas y castillo.
De lo que fueron testigos la sabinas milenarias
Al igual que otros territorios próximos, estas tierras han estado ocupadas por el hombre desde el paleolítico.
Posteriormente fueron los arévacos los pobladores de estas tierras. El castro de Voluce, cercano a Calatañazor, fue construido por estos celtíberos en el SIII a C. y se mantuvo como pueblo hasta el S V.
Tras la ocupación romana, con la llegada de las tribus germánicas, posiblemente cambiaron de emplazamiento al actual Calatañazor, en cuyo castillo hay varias tumbas antropomorfas atribuidas a los visigodos.
Los musulmanes ocuparon estos territorios en el SVIII y durante muchos años fueron campo de batalla. De hecho la historia cuenta que el famoso caudillo musulmán Almanzor, de regreso de una de sus incursiones de castigo a los reinos cristianos, más concretamente de destruir el monasterio de San Millán de la Cogolla, en la Rioja, fue derrotado aquí por Sancho García. Aunque el dicho popular dice que “en Calatañazor Almanzor perdió su tambor” la realidad es que no está claro que así fuera y que posiblemente el caudillo no conociera la derrota.
Las ruinas del castillo y de las murallas de Calatañazor datan del S XII, y conserva un casco urbano medieval en donde predominan las casas pinariegas, típicas de la zona. En el pueblo y sus inmediaciones hay tres ermitas románicas. También es muy bonita, por su sencillez, la ermita de la Virgen del Valle en Muriel de la Fuente.
Ajo, carne y setas
En la gastronomía local hay muchos platos relacionados con los pastores y carreteros. Destacan el ajo carretero, que es una sopa con carne, las migas pastoriles y en temporada también hay mucho plato de setas, pues en estos montes son muy abundantes y son explotadas con fines comerciales. Para proteger esta riqueza los montes están acotados y es necesario obtener un permiso que se vende en algunos establecimientos.
Paisajes con personalidad árida y amable 
La mayor parte de la zona está formada por calizas y arenas del Cretácico, con predominio de áridos fenómenos kársticos.
La Fuentona es precisamente una surgencia cárstica de gran belleza con forma de ojo muy profundo por donde brotan las aguas cristalinas que dan vida al río Abión.
El otro elemento distinguido del paisaje son los bosques de sabina albar. Los Sabinares de la Sierra de Cabrejas constituyen uno de los mejores sabinares del mundo.
La sabina albar es un árbol que solo existe en la Península, Norte de Africa y algunos enclaves del suroeste francés. Es el árbol estrella de este espacio natural, conocido comunmente como enebro. Florece en primavera y su fruto madura en otoño-invierno pasando del color verde al pardo azulado. Es una especie considerada una reliquia del Terciaro. Su madera es dura y resistente, y al quemarse desprende un olor que recuerda al incienso.
Destaca en concreto el sabinar de Calatañazor, por ser un pequeño bosque en donde el arbolado es muy denso y antiguo, con ejemplares de más de 2000 años de edad, tres metros de circunferencia y 15 metros de altura.
Con suerte, es posible avistar algúun elemento móvil del paisaje, se trata de la rica fauna que componen corzos, ciervos, jabalíes, lobos, ardillas y liebres así como por la gran diversidad de murciélagos que viven en las muchas oquedades.
En el cielo domina el trasiego de grandes rapaces, como buitre leonado, alimoche, águila real, ratonero, azor, milanos, águila culebrera y calzada, abundantes en los roquedos y bosques de la zona, mientras que en el sabinar viven el colirrojo real, el zorzal charlo, la curruca rabilarga, la curruca carrasqueña, la curruca mirlona, el mosquitero papialbo, el escribano soteño y el montesino, entre otras especies. En invierno los zorzales son muy abundantes.
Recomendamos la ruta circular por la fuentona que pasa por la Fuentona y recorre el paisaje árido poblado de sabinas del que hemos hablado.
Buen viaje!!
También te puede interesar ...
El cañon del Rio Lobos … retiro místico Buscar, encontrar, cocinar y degustar setas en tod... Parque Natural Arribes del Duero … desde el ...
Puzzle Bobble
Karate Blazers
Puzzle De Bloques
Magical Cat Adventure