El veterano José María Izquierdo, periodista brillante, socarrón, izquierdista que sabe extraer el jugo venenoso que destilan sus colegas de derechas, tiene un blog que se ha convertido en referente para los adoradores de Zapatero, frecuentemente ciegos y poco perspicaces.
En “El ojo izquierdo”, título de la página con su apellido y visión ideológica, se presenta como uno de aquellos catavenenos que probaban la comida de su amo y que morían en lugar de él si estaba emponzoñada.
Es así como le facilita a sus lectores agudos resúmenes con lo que dicen los nocivos comentaristas de la derecha que arremeten contra Zapatero.
Pero en sus críticas a Alfonso Ussía, o a antiguos rojos como Cristina Losada, César Vidal, Salvador Sostres, David Gistau o Jiménez Losantos, rara vez ataca lo sustantivo, sus informaciones, sino lo accesorio, que es su lenguaje agresivo, desgarrado o provocador, y a veces malsonante.
Su ironía muestra lo groseros que son los derechistas al tratar el caso Faisán, las estafas de los ERE andaluces y la degradación del PSOE, sin señalar que seguramente son más graves que cualquier Gürtel que afecte al PP.
Pero, inevitablemente, divulga esas corrupciones que medios como el suyo, “El País”, silenciaron mientras pudieron, como hicieron con el GAL.
Sus lectores descubren así que su izquierda es tan indigna como la derecha, aunque, ciegos monagos, seguramente no quieran saberlo.
Se diría que Izquierdo embiste directamente a los antizapateristas tanto como indirectamente a los zapateristas, aunque con mefítico ingenio, porque como izquierdista auténtico no puede traicionar a sus familiares ideológicos.
Expone lo que ve su ojo izquierdo, pero también lo que capta el derecho. Y aunque le disguste, su catavenenos absorbe las armas del enemigo y las hace más tóxicas: Izquierdo no está tuerto.
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SALAS ve así algunos de los escándalos:
Y cambie usted la Costa da Morte por el río Guadalquivir y el faro por la Giralda:
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