Si hago un esfuerzo por vincular las texturas con algo más familiar, me vienen a la cabeza telas de araña, lanas deshilachadas, pelos de un animal. Las imágenes me provocan mucho rechazo y a su vez desearía que las vea todo el mundo, porque tengo la certeza de que somos muchos los que desconocíamos estas formas del ojo humano.Cómo bien observó Leandro Pinto:
"Hay que esperar a que descubran lo que esconden las miradas".