Se acabó la temporada, y de nuevo se cierra entre sonrisas.
Ya son 90 títulos oficiales, y aunque en este país, cualquier camiseta distinta de la blanca, tiene doble mérito en el triunfo (comités, arbitrajes, medios de comunicación) el del domingo fue especialmente complicado.
Con 10 todo el partido, con Del Cerro apretando, y teniendo que dejar a un lado estilos, todo lo fiamos a luchar con el alma.
La lesion de Suárez lo volvió gris oscuro, pero una vez más los jugadores nos sorprendieron y llegaron a la prórroga.
Y en igualdad numérica, les dimos un gran baño. Iniesta era más joven, Messi era el gran Leo, Neymar los volvió locos y Piqué volvió a ser Beckenbauer.
Tras el gol de Alba Del Cerro lo vio perdido y se vistió de imparcial unos minutos
Y con la copa cogiendo el puente aéreo el nivel de frustración de algunos fue aumentando.
60 minutos con 10 y solo 2 minutos contra 9 y esa segunda expulsion, testimonial, es el triste argumento de algún pobre diablo.
Y otros, qué pena, escupen que la temporada culé es un fracaso.El lunes volvía a oler a napalm en algunas redacciones.En otras, tan solo un delicioso aroma a bilis.