Revista Cultura y Ocio

«El olor del miedo», de Manuel Ríos San Martín

Por Guillermo Guillermo Lorén González @GuillermoLorn

«Elena rodeó el cuerpo de la elefanta hasta contemplarle la cara. Lo que vio le congeló la sangre; un disparo en el hombro y otro certero en la frente. Sin pensar en que ella también pudiera peligrar, trepó por una de las patas hasta situarse cerca del ojo derecho, que todavía conservaba un atisbo de vida…»

«El olor del miedo», de Manuel Ríos San MartínReseña escrita por Maudy Ventosa.

«El olor del miedo», de Manuel Ríos San MartínEntrevista realizada por Guillermo Lorén.

«El olor del miedo», de Manuel Ríos San MartínLa editorial Planeta acaba de publicar el último libro del escritor y guionista de televisión Manuel Ríos San Martín, El olor del miedo, ambientada en el Bioparc de Valencia, en el que especies humanas cuidan y protegen con mimo a animales libres que están destinados a vivir en cautividad, aunque se han cuidado todos los detalles recreando con esmero su hábitat natural. La aparición de un criminal que “asesina”, —¿o sólo se trata de maltrato animal penado como máximo con dos años?— al ejemplar más bello y representativo del parque: la elefanta albina Blanca, una hembra de dieciocho meses cuya madre había muerto asesinada.

Al frente de la investigación está JP, un veterano “chapas” de la policía Judicial de la UDEC, apoyado por una joven “pepinillo”, grado en Criminología y Derecho. Una pareja dispar que hará lo posible para que él, o los culpables, paguen por un delito que reabre posturas dispares entre los cuidadores del parque y los antiespecistas del máster de Etología, que sostienen que, a pesar del cuidado que les procuran en el zoo, y del espacio amplio que les asignan, están enjaulados y que es mejor que mueran en libertad a que vivan encerrados.¿Son ellos los culpables?

La novela, escrita en tercera persona, consta de cinco partes en las que, a la vez que avanza la trama, el autor nos muestra que ha hecho bien los deberes, al documentarse a fondo sobre emociones primarias y conductas animales y su paralelismo con los humanos. Salimos perdiendo, por supuesto. Y es que los animales son fascinantes por ellos mismos, no porque se parezcan a nosotros.

Los paquidermos tienen nombre, lo que los humaniza de cierta forma; Daisy es la más movida; Greta desconfiada; Panzi la más pachorra; Tantor, es el macho, descomunal, de cuatro metros de altura y siete toneladas de peso. Todos huelen el miedo cuando Blanca cae abatida. El jefe de la manada es el único que no huye. Su imagen, como ocurre con los humanos, es esencial para determinar el estatus. Andan sin hacer ruido, les sirve para comunicarse al recibir las vibraciones a través del suelo. Nosotros necesitamos un tiempo para elaborar el duelo ante la pérdida de un ser querido, pero pocos conocemos cuál es el proceso que siguen los animales. En el caso de los elefantes, como bien saben sus cuidadores más cercanos, la veterinaria Elena y el senegalés Sidy, necesitan oler el cuerpo del fallecido para entender, a su manera, lo que ha pasado. Así lo hacen en libertad antes de abandonar a un miembro de la manada. Está en su naturaleza. ¿Temen a la muerte? El miedo es una emoción compleja que algunos animales son capaces de experimentar. Pero el miedo a la muerte es únicamente humano.

Se abordan muchos temas en la novela, como por ejemplo, el de la violencia, que está muy presente en la naturaleza. Los animales pelean y matan para sobrevivir o por transmitir sus genes. Cuando el macho alfa lucha y vence a otro miembro de la manada, el perdedor se tira al suelo y le muestra su zona más sensible, pero ya no es atacado por el ganador, porque algo inhibe su comportamiento violento. Para nosotros, no agredir es una decisión, no un mandato biológico, y somos tan capaces de cometer actos deleznables como de llevar a cabo misiones altruistas. Porque podemos resolver las situaciones de otra manera. Decidir.

«El olor del miedo», de Manuel Ríos San Martín

Manuel Ríos San Martín con Maudy Ventosa

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Los humanos y el resto de las especies somos similares no porque ellas se parezcan a nosotros, sino porque nosotros nos parecemos a ellas. Esa es la clave.

Los animales son fascinantes por ellos mismos.

PERSONAJES:

  • Elena, es una veterinaria de veintisiete años, de figura sensual y curvilínea, con graciosas pecas que se iluminaban con el sol. Se encarga de los elefantes. Trabaja en el parque de animales.
  • Cristina, morena, estilizada y fibrosa. Elegantes cincuenta años. Tenía miedo a los animales. No soporta el olor que desprenden. Es Ingeniera informática y CEO de una gran empresa de componentes electrónicos. Huele a mandarina.
  • Sidy, el cuidador de los elefantes, de etnia fulani, nacido en Kédougou, sudeste de Senegal. Biólogo, estudió en Valencia. Músculos de atleta tapizados de una piel negra tersa y resplandeciente; de belleza misteriosa; es callado e impone su presencia.
  • Juan Pedro Casillas, JP, es policía Judicial de la UDEC. Tiene el pelo blanco rapado, al igual que la barba; era un “chapas”, inspector de policía de promoción interna. Tiene más de sesenta años. Prefería los conciertos de los Rolling a los animales, pues ya vio muchos en su infancia. Serio pero gracioso. Su mujer es enfermera.

Y Blanca, una hembra imponente de dieciocho años. Era la imagen del parque, un ejemplar albino que se había adaptado muy bien al clima mediterráneo. Su piel parece de nieve y ha conectado de maravilla con Elena; y Violeta Palacios, una inspectora, joven con grado en Criminología y Derecho, alta y desgarbada con el pelo azabache cortado a media melena que se había machacado en el gimnasio para superar las pruebas físicas. La llaman “pepinillo” por novata; y Adolfo Avilés, con la cabeza afeitada, violento, que tiene contactos con cazadores. Grueso y fuerte, de unos treinta años. Maltratador de animales y de su pareja. Entrenado en defensa personal que tiene obsesión por las armas de guerra y de caza mayor; y Jacobo, el joven en prácticas, de pelo verde; y Carlos Gómez, de la científica, cuarentón bien vestido, correcto y aplicado. Buena gente; y Marcos Abalde, el director técnico, con su pelo largo y cano; y Ximo Alborch, el jefe de seguridad; y Jane y Jamm, que significa paz… y todos los demás.

«El olor del miedo», de Manuel Ríos San Martín

ENTREVISTA:

P.- ¿Cuándo empezó a surgir «El olor del miedo»?
R.- Me gustaría decir, aunque sea un poco romántico, que cuando era un niño y mi madre me leía los libros de Félix Rodríguez de la Fuente y veía los programas de la tele, iba a la Casa de Fieras del Retiro que en aquella época me pareció fascinante, y desde entonces tengo algo con los animales y con el comportamiento animal en la cabeza. Veo todos los documentales que puedo, leo libros sobre el tema y llegó un punto que dije «a mí me gusta escribir sobre las cosas que me apasionan», y de manera natural surgió el tema de los animales; y por otro lado, el empezar una novela de una manera distinta como es la muerte de un elefante. Y de las dos cosas es lo que me decidió a iniciar este proceso.

P.- El inicio de la novela es traumático.
R.- Es curioso, como hemos visto tantos asesinatos de seres humanos en las novelas, probablemente el que maten un elefante nos impacta más.

P.- En la novela tratas muchos temas, desde la evolución, la naturaleza, el miedo… ¿Los animales sienten miedo?
R.- Según el libro de un neurocientífico, al menos no como nosotros, porque dice que no son conscientes de las consecuencias. Yo no estoy tan de acuerdo porque creo que todo depende a lo que «llamas miedo». Creo que hay una sensación que nosotros también experimentamos cuando algo te da miedo, una sensación fisiológica que yo lo consideraría «miedo», se acelera el corazón. Pero los humanos añadimos nuestro cerebro, las consecuencias que una situación de miedo tiene para un ser humano son más graves pues aportamos una reflexión al miedo y más consecuencias que los animales no. Según subimos en la escala, cebras, búfalos, los chimpancés, se preocupan más por los débiles. Los humanos seríamos la parte superior de la pirámide y ya desde la prehistoria se encuentran comportamientos de empatía muy claros. El ser humano es la única especie que se plantea pararse por nosotros mismos.

P.- ¿Es el humano el único que mata por placer?
R.- No te creas, el ser humano suele matar por celos, por dinero, pero por placer…, puede que haya algún psicópata que mate por placer, pero la mayoría mata por un motivo. Entre los animales, los gatos matan y no comen casi nunca.

P.- Son capaces los animales de sentir rencor?
R.- Creo que sí. Tenemos el ejemplo de los perros; si en el parque hay uno que se la ha hecho, no olvidan, pero no sabemos cuanto dura ese rencor. Los chimpancés tienen unas alianzas muy complicadas.

P.- ¿Porqué el ‘Bioparc’ de Valencia como lugar para el desarrollo de la novela?
R.- Andaba con la idea de este libro en la cabeza, y durante la gira de promoción de La huella del mal en Valencia coincidí en una emisora de radio con la jefa de comunicación de ‘Bioparc’ que la entrevistaron antes que a mi y escuche que hablaba muy bien del parque. Pensé, este parque tiene muy buena pinta y a la salida de la emisora me invitó a verlo y a pasar unos días conviviendo con los cuidadores. Como necesitaba un sitio donde ubicar la novela y aunque no pensaba al principio desarrollarla toda dentro del parque, luego decidí unificar todas las acciones en un único sitio, a todos los personajes y tener a Elena como protagonista, una veterinaria del parque que llevase también la trama y una investigación paralela a la de la policía.

P.- Protagonistas con una fuerte personalidad.
R.- Ya que tenía a Elena, construí un trio que funciona muy bien durante la novela. Y la pareja de policías JP, hombre mayor cerca de la jubilación y Violeta mucho más joven, esta empezando y es muy tímida, pero según avanza la novela tiene una evolución muy grande.

«El olor del miedo», de Manuel Ríos San Martín

Todos los post-it que tiene detrás tienen su razón y en el vídeo nos la cuenta.

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Todos los post-it que tiene detrás tienen su razón y en el vídeo nos lo cuenta.

El autor:
Manuel Ríos San Martín (Madrid, 1965) es licenciado en Ciencias de la Información y ha trabajado como productor ejecutivo, director o guionista en distintas series de televisión, como Colegio mayorMédico de familiaCompañerosRaphael Sin identidad. Actualmente es director argumental de Operación Barrio Inglés (TVE). Ha dirigido un largometraje, No te fallaré, y ha colaborado en la escritura de los guiones de AmigosMaradona, la mano de Dios. Ha coordinado y coescrito el libro El guion para series de televisión, publicado por el Instituto de RTVE. También es autor de las novelas CírculosLa huella del mal y Donde haya tinieblas; las dos últimas se están adaptando a la televisión.

El libro:
El olor del miedo ha sido publicado por Editorial Planeta en su Colección Autores Españoles e Iberoamericanos. Encuadernado en tapa dura, tiene 552 páginas.

Como complemento pongo un vídeo en el que Manuel Ríos San Martín nos habla de su novela El olor del miedo.


Para saber más:
https://www.manuelriossanmartin.com/
Manuel Ríos San Martín en Wikipedia.


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