Estados Unidos ha dejado pendiente otro de sus grandes mantras en Afganistán: acabar con la producción de opio y el tráfico de heroína. El país asiático es el mayor productor mundial de amapola, de la que se extrae el opio, y que puede derivar en todo tipo de medicamentos y drogas. El desafío es local y regional, pues el comercio ilícito y parte del consumo de estos opiáceos y opioides se da en países vecinos, y también es un problema para Europa, donde acaba gran parte de ellos.
Los miles de millones de dólares invertidos en Afganistán no han servido para frenar el ascenso de la producción, distribución y consumo de compuestos como la heroína. En este negocio multimillonario se han involucrado desde productores locales hasta los talibanes, amparados por la incapacidad de los Gobiernos afganos y la ineficacia de las medidas estadounidenses. Si bien el grupo islamista afirma que no va a seguir beneficiándose del narcotráfico ahora que ha llegado al poder, todavía es su principal fuente de ingresos.
La producción se ha disparado entre 2001 y 2021
Ni siquiera la pandemia ha limitado el protagonismo de Afganistán en la producción mundial de amapola. Según la Oficina con...
Si quieres seguir leyendo este artículo, suscríbete a EOM. Lo que pasa en el mundo te afecta; comprenderlo es más necesario que nunca.
Nombre de usuario Contraseña Recordar cuenta Recordar contraseñaEl opio, la otra guerra que Estados Unidos ha perdido en Afganistán fue publicado en El Orden Mundial - EOM.