Por simple precaución institucional, cuando está en juego la imagen de un partido y la del Presidente Luis Abinader, al que le pueden sobrar ministros excesivamente optimistas, precisamente aquellos que para transmitir alegría y muestras de que la cuestión de la pandemia no va con ellos ni con negocios que sufren recesión, desestimándose a aquellos que se aventuran a decir, tal lo ha hecho David Collado, el responsable del Ministerio de Turismo, al afirmar con rotundidad que en Puerto Plata para este consiguiente día feriado, sea al parecer el presente, el que fuere más allá del día 9 de noviembre, los hoteles están y lo estarán llenos a rebosar, completos y gracias al turismo interno y a los créditos de interés a la baja que al parecer todos los dominicanos se han volcado a contratar, mientras que el estancamiento económico es un revulsivo y una temeridad que nada bien puede sentar a la ciudadanía que realmente lo está pasando muy mal.
Excmo. Señor Collado, que dirán los grupos hoteleros de Punta Cana que no se han visto beneficiados de tal suerte de comentarios y extrañados curiosamente de tanta locuacidad vespertina en la zona "abandonada" de la Altagracia, que ya no los de Samaná, cuando ahí hay más residentes locales a los que no hay que enturbiar.. o también pudiera ser, que usted lo debería de ratificar que la plataforma Booking miente descaradamente en sus contestaciones a una oficina legitimada de prensa que no está por la labor de seguir brindando al sol, conjuntamente con todo lo que se proclama arbitrariamente y sin contrastar.
Señor Miguel David Collado Morales Vd. con todo el respeto a su trayectoria profesional, acaba de faltar a una supuesta verdad en el paradigma de lo circunstancial, que no es una falta grave pues lo habrá hecho con la buena intención de contagiar confianza en un sector dañado y necesitado de una pronta recuperación, pero lo que resultaría de verdad inadmisible es que la opinión sincera, siempre brillante y dolorosa si así es y debe trascender en un político con un gesto inamovible de honradez, aunque no siempre apreciable para los demás y en consecuencia para acoplarla a la veracidad programática de la transparencia que exige en todos sus actos protocolarios su Presidente, al que por el momento no se le ha pillado en un renuncio como usted lo tendrá que asumir o bien emitir una disculpa, ante quienes aspiran a un cambio que hoy se dice con error, mañana trasciende y pasado se traduce en una falsedad para que todo siga igual como antes. Y eso no puede ser.