Revista En Femenino

El orgullo de la diferencia

Publicado el 22 junio 2014 por Teremolla

2013-05-24 19.23.25Hace unos años leí una magnífica entrevista [1]que se le hizo a Pedro Zerolo, el Concejal Socialista de Madrid. Hoy, casi diez años la he releído y veo que las cosas han cambiado poco una vez que se modificó el Código Civil para hacer posibles los matrimonios igualitarios y la adopción de criaturas por parte de parejas del mismo sexo.

Me entristece doblemente. Por una parte, por la humana, por el cáncer que sufre este hombre al que admiro profundamente y por otra y como militante de los derechos humanos de todas las personas por ver lo poco, lo poquísimo que hemos avanzado en igualdad con respecto a los mal llamados “colectivos minoritarios”. Y digo mal llamados porque tenemos la costumbre de etiquetar, diferenciar, separar y esto son prácticas contrarias a la IGUALDAD así, con mayúsculas.

Estamos en puertas de la conmemoración-celebración de las diferentes jornadas del llamado “Orgullo Gay” y que es mucho más que los desfiles en preciosas y coloridas carrozas. Para poder conmemorar estos vistosos desfiles, ha habido mucha gente, hombres y mujeres que se han dejado la vida luchando por reivindicar su condición de personas homosexuales, bisexuales o transexuales.

Pero como consecuencia de los discursos homofóbicos de mucha gente, sobretodo de los señores de faldas largas y negras, socialmente siguen estando estigmatizados.

El discurso de la heterosexualidad impuesta y no cuestionada (o heteronormatividad como alguna gente también lo llama) es un mandato patriarcal que se ha encargado de crear todo un espacio simbólico en que personas que viven su amor y su sexualidad de forma diferente han quedado absolutamente excluidas. Al quedar marginadas de ese espacio a algunas las ha llevado a situaciones de infelicidad si no han sabido reconstruirse y reafirmarse como personas libres para amar y convivir con quienes deseen y como lo deseen.

La diferenciación, marginación, desigualdad, etc. sigue presente hoy en día en todos los ámbitos de la sociedad. Así nos encontramos con que en los centros escolares de secundaria el alumnado se encuentra con verdaderos acosos por su orientación sexual sin que el profesorado sepa muy bien cómo actuar puesto que tampoco nadie se ha preocupado por formarles en esta materia. Y esas personas jóvenes sufren la soledad de su acoso sin que se tomen medidas específicas y diferenciadas en el centro para proteger su libertad en su orientación sexual.

Según Amnistía Internacional “Toda persona debe poder disfrutar de todos los derechos humanos consagrados en la Declaración Universal de Derechos Humanos. Y sin embargo, millones de personas de todo el mundo se enfrentan a la ejecución, el encarcelamiento, la tortura, la violencia y la discriminación por su orientación sexual o identidad de género. La variedad de abusos es ilimitada:

- mujeres violadas para “curarlas” de su lesbianismo, a veces a instancias de sus progenitores;

- personas procesadas porque sus relaciones privadas mantenidas de mutuo acuerdo se consideran un peligro social;

- pérdida de la custodia de los hijos e hijas;

- palizas de la policía;

- agresiones y a veces homicidios en la calle (“crímenes de odio”);

- insultos frecuentes;

- acoso escolar;

- denegación de empleo, domicilio o servicios de salud;

- denegación de asilo a personas que han conseguido escapar de abusos;

- violación y otras torturas bajo custodia;

- amenaza por hacer campaña en favor de sus derechos humanos;

- incitación al suicidio;

- ejecución estatal.

Los abusos contra los derechos humanos basados en la orientación sexual o en la identidad de género incluyen la violación de los derechos del menor, la imposición de tortura y trato cruel, inhumano y degradante, la detención arbitraria por motivos de identidad o creencia, y la restricción de la libertad de asociación y de los derechos básicos al debido proceso.”

Cuando lo he leído he sentido punzadas de dolor en el corazón por pensar en todo el sufrimiento de esas personas que lo único que pretenden es amar libremente a quien les corresponda más allá de si son o no de su mismo sexo. AMAR EN LIBERTAD, ¿tan difícil de entender resulta?.

La diferencia nos enriquece como sociedad. La diferencia en sí misma permite la No Uniformidad. La diversidad permite enriquecernos, nos da calidad democrática, nos permite discusiones sanas sobre temas muy diversos, etc.

Pero lo que no ha de permitirse es confundir diferencias con desigualdades que es lo que nos han inculcado desde la más tierna infancia basándose en el hombre blanco y heterosexual como modelo en el que fijar la teórica normalidad y modelo sobre el que construir los modelos simbólicos imperantes. El resto de la población es decir mujeres, hombres de otras razas, personas homosexuales, bisexuales o transexuales se han dado en llamar “colectivos” e incluso “colectivos minoritarios” cuando en realidad ni son colectivos, ni mucho menos minoritarios. Pero los intereses de los de siempre, de los que pretenden uniformidad a toda costa, obediencia debida, pensamiento único, disciplina, reivindicar conceptos como “pecado” o “culpa” para seguirlos implantando en las conciencias personales y colectivas, no entienden de riquezas en la diversidad del conjunto de personas que conformamos el mundo y les resulta mucho más cómodo criminalizarlas.

En estos días, mejor dicho cada día hemos de practicar, exigir y exigirnos el orgullo de la diferencia que suma y enriquece y sacar de nuestras vidas cualquier atisbo de posicionamientos desiguales con otras personas que no sienten como “dios manda” o dicho en román paladino, que no sean hombres, blancos y heterosexuales convencidos.

No podemos perder de vista el trabajo que sigue pendiente a la hora de ayudar a nuestra juventud y, al igual que la formación del profesorado es una asignatura pendiente, tampoco hemos de olvidar el papel de las familias de cualquier tipo en el desarrollo de esas personas y en su crecimiento, sea cual sea su orientación sexual. Seguimos suspendiendo en esa asignatura como sociedad. Y hemos de pensar en la felicidad de esas personas que descubren su teórica diferencia ya ayudarlas a normalizarla con mensajes incluyentes y normalizadotes.

De ahí que la celebración-conmemoración del Día del Orgullo Gay, que en realidad es el día de las personas lesbianas, gays, transexuales y bisexuales. El día de su visibilización y el día en que nos recuerdan al resto a de la sociedad que siguen ahí. Que sus reivindicaciones legítimas no han sido atendidas. Que siguen sufriendo no sólo desigualdades, también desprecios, discriminaciones múltiples y amenazas. Por no hablar de penas incluso de muerte en algunos países del mundo.

De mismo modo que no se puede entender una democracia plena sin las participación de la mitad de la población que somos las mujeres, tampoco podemos entender la democracia completa sin la suma de todas las diferencias y diversidades que conforman las sociedades. De ahí que sea no sólo importante, sino imprescindible sentir orgullo por las diferencias que siempre suman y aportan riqueza a las diferentes comunidades.

Desde aquí mi más sincero respeto y admiración para todas las personas que luchan cada día por desentrañar esos atentados a la democracia que suponen las discriminaciones por motivo de orientación sexual, a todas las personas que cada día practican la amplitud de miras y trabajan sensibilizando en cualquier ámbito para que la sociedad se enquiquezca con las aportaciones de todas las personas, más allá del patrón impuesto y de la heterosexualidad o heteronormatividad que pretenden sea la única vía de amar y, por tanto, de ser felices en el plano sentimental.

Seguramente serán necesarias muchas más conmemoraciones del Día del Orgullo Gay, pero que nadie se olvide que también es el Día del Orgullo de la Diferencia que suma y siempre enriquece y allá estaremos quienes creemos firmemente en esa riqueza de la diferencia.

Ben cordialment,

Teresa

[1] Para leer la entrevista completa escribir en la barra de direcciones del navegador lo siguiente: http://www.fsc.ccoo.es/comunes/recursos/99922/25188-Entrevista_2.pdf


El orgullo de la diferencia

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