El origen de la fiesta

Como buena irlandesa que soy, quiero aclarar algo, que a lo mejor no sabías: ¡Halloween realmente viene de IRLANDA, no de los EEUU! Te explico:

El festival de Halloween tiene sus raíces hace unos 2000 años en la celebración celta de Samhain (se pronuncia Sohw-inn), la noche en que los fantasmas de los muertos volvían a la tierra. Para los celtas de entonces el año empezaba al final de otoño, aproximadamente la fecha que ahora llamamos el 1 de noviembre. Los celtas creían que durante la noche anterior, la frontera entre el mundo de los vivos y los muertos desaparecía, marcando el comienzo de un invierno largo y duro. La presencia de los espíritus ayudaba a los druidas en sus predicciones, los cuales eran una fuente importante de dirección y tranquilidad para los celtas haciendo frente a una temporada asociada con la muerte.

La celebración incluía hogueras y el sacrificio de parte de la cosecha, y los asistentes llevaban trajes hechos de las cabezas y las pieles de los animales. Sí, se disfrazaban.

¿Sabías que Halloween no es una celebración exclusivamente pagana? En el siglo IX, en un intento de reemplazar el festival popular pagano por uno religioso, el Papa Bonifacio IV designó el 1 de noviembre como el Día de Todos los Muertos, para honrar a todos los santos, conocidos o no. En el inglés de la Edad Media, el día se llamaba “All Hallows” (“Todos los Santos” – en inglés “hallow” quiere decir “santo” o “bendito”). La noche anterior, “Hallow E’en” (o “Even”, y en inglés, “evening” es la franja horaria que cae entre día y noche).

La tradición de disfrazarse en Halloween tiene sus raíces en la creencia de los celtas y también de los europeos de la Edad Media de que los fantasmas volvían a la tierra la noche del 31 de octubre. Para evitar que los fantasmas les reconocieran, los ciudadanos llevaban máscaras cuando salían de sus casas. Cuanto más feas, mejor.

La calabaza se convirtió en un símbolo importante de Halloween gracias a la inmigración irlandesa a los Estados Unidos. Los irlandeses tradicionalmente esculpían caras terroríficas en los nabos, pero al llegar a América, descubrieron que las calabazas eran mucho más fáciles de cosechar.

El origen de la costumbre de “Trick or Treat” (Truco o Trato) viene del desfile del Día de Todos los Santos en Inglaterra de la Edad Media. Ese día, los pobres iban de casa en casa para pedir comida, y los residentes daban pasteles llamados “All Soul’s Cakes” (Pasteles de Todas los Almas) a cambio de la promesa de rezar por los almas de los familiares muertos. La Iglesia apoyaba esta costumbre como una forma de reemplazar la tradición de dejar comida para los espíritus muertos. Lo de hacer bromas (“Tricks”) en Halloween empezó hace siglos con una puerta destornillada, los caballos de uno en el pasto de otro, etc, y se popularizó porque, al final, no fueron los inquietos vecinos portándose mal sino los malos espíritus…

Así el festival de Halloween es una mezcla de celebraciones paganas y religiosas, una forma de honrar a los espíritus de los muertos, de demostrar a fantasmas y demonios que no tenemos miedo, y de marcar con ilusión el cambio de las temporadas. También es una oportunidad de unirnos en espíritu festivo con nuestros amigos, familiares y vecinos, y participar en una celebración que tiene más de 2000 años de antigüedad.