♦Traducción de Dulcinea Otero-Piñeiro♦
♦Introducción de Miguel C. Botella♦
«Estoy plenamente convencido de que las especies no son inmutables, sino que las que pertenecen a lo que se conoce como un mismo género son descendientes directas de alguna otra especie por lo común extinta, de igual modo que las variedades reconocidas de una especie cualquiera son descendientes de esa especie. Es más, estoy convencido de que la selección natural ha sido el mecanismo principal de modificación, aunque no el único.» [Pág. 65]
El pasado 24 de noviembre se celebraba el Día Mundial de la Evolución, pues un 24 de noviembre, pero de 1859, se publicó originalmente El origen de las especies, de Charles Darwin y Alianza Editorial lo celebraba con la publicación de una nueva traducción a cargo Dulcinea Otero-Piñeiro —Especializada en textos científicos, historia y filosofía de la ciencia y biografías de científicos—.
La publicación de la primera edición de «El origen de las especies» en 1859 no sólo sacudió los cimientos de la ciencia natural, abriendo un nuevo camino para todas las disciplinas que se agrupaban bajo ese amplio sello y facilitando el nacimiento de muchas otras, sino que supuso también una auténtica revolución en la forma en que el ser humano se había entendido a sí mismo hasta la fecha.
Una única imagen —Pág. 162-163— acompañaba a la primera edición de El origen de las especies. En ella, una serie de líneas rectas nacen en la parte inferior de la página para ir desplegándose a su paso, torciéndose, bifurcándose y extendiéndose a la manera de capilares, hifas o tallos. Las líneas, que a lo largo de toda esta serie de ramificaciones se han multiplicado hasta abarrotar el blanco de la página, se detienen, únicamente por cuestiones de espacio, en su límite superior, justo antes de que sus caminos empiecen a entrecruzarse en una maraña inseparable, tejiendo y tramando redes cada vez más complejas.
A veces, los cambios más revolucionarios dependen sólo de un cambio de mirada. Aquí, los trazos de la imagen van marcando a nuestros ojos el recorrido que Darwin propone a nuestra mirada: de abajo arriba, abriéndose, complejizándose, hibridando. Con esta nueva perspectiva, Darwin abría a la historia todo un continente que hasta entonces había estado cerrado a ella, el de la vida natural, rompiendo con la imagen estática y jerárquica que hasta entonces había dominado nuestra comprensión de la vida.
La crisis climática nos demuestra cada vez de forma más contundente que la naturaleza tiene una historia, una historia a la que solo podemos acceder desde abajo, desgajando las falsas líneas rectas en un prisma de posibilidades que nos abra a la riqueza de nuestro mundo natural (nuestro no porque nos pertenezca, sino porque nosotros pertenecemos a él). Con El origen de las especies, Darwin nos enseñó a mirar a este mundo, rastreando entre su infinidad de formas las vías para salir del atolladero al que lo hemos abocado.
A nosotros nos queda la tarea de continuar la tarea pendiente que nos legaba este dibujo: no la de completarlo, sino precisamente la de hacerlo interminable, la de hacer que sus líneas crezcan innumerables, cruzándose y proliferando para seguir tejiendo siempre la trama de la vida.
[Jaime Rodríguez, editor]
Este volumen recupera la sexta y definitiva edición de una de las obras capitales del pensamiento occidental en una nueva y cuidada traducción a cargo de Dulcinea Otero-Piñeiro, fruto de un minucioso trabajo de años, para seguir haciendo accesible el texto darwiniano al público hispanohablante. Se acompaña, además, de una valiosa introducción de Miguel C. Botella, catedrático de antropología física de la Universidad de Granada, que contextualiza la aparición del libro y su importancia histórica, así como su recepción en España y su imborrable influencia en el desarrollo posterior de las disciplinas biológicas.
Lee y disfruta de las primeras páginas del libro.
El autor:
Charles Darwin nacido en 1809, comenzó sus estudios universitarios en la Universidad de Edimburgo, donde se matriculó como estudiante de medicina. Después de dos años abandonó estos estudios y se matriculó en la Universidad de Cambridge, donde se graduó en 1831. Durante los años que pasó allí Darwin adquirió gran interés en la historia natural y se dedicó a recolectar escarabajos y otros insectos, además de observar la naturaleza en paseos y viajes en compañía de algunos de sus profesores y otros naturalistas. Esta pasión le llevó embarcarse en un viaje de cinco años alrededor del mundo a bordo del HMS «Beagle», que proporcionaría los materiales a partir de los cuales, a su vuelta a Inglaterra, daría forma a su revolucionaria teoría de la evolución por selección natural, que sería plasmada por primera vez en «El origen de las especies».
El libro:
El origen de las especies mediante selección natural (título original: On the Origin of Species by Means of Natural Selection, or the Preservation of Favoured Races in the Struggle for Life, 1859) ha sido publicado por Alianza Editorial en su Colección Alianza Ensayo. Traducción de Dulcinea Otero-Piñeiro. Encuadernado en tapa dura, tiene 576 páginas.
Como complemento pongo un vídeo titulado Evolución vs Dios: por qué la teoría de Darwin fue revolucionaria | BBC Mundo.
Para saber más:
https://es.wikipedia.org/wiki/Charles_Darwin