Constelación de las Híades:
forman una "v" oblicua en el firmamento
Llegado al arroyo, el hermano mayor subió a su árbol, que estaba un poco apartado de la ribera; para nada perder del espectáculo, el menor se empeñó pertinazmente en instalarse en un árbol mejor colocado y se sentó en una rama que se prolongaba sobre el agua. La mujer no tardó en aparecer y reanudar su operación.
Cuando pasa por debajo del hermano menor, distingue su sombra reflejada en el agua. Intenta atraparla, fracasa y se obstina de tal manera que hunde sus manos con gran rapidez en el agua, primero aquí y luego allá, haciendo gestos tan estrambóticos y cabriolas tan ridículas para atrapar a la sombra que el muchacho no pudo contener la risa viendo aquellas vanas tentativas de coger la sombra en vez de la verdadera presa.
Constelación de las Pléyades (en tonos más brillantes)
en el centro de la imagen
Acto seguido capturó al mayor y lo metió en su cesto bien cerrado. Vuelta a su choza dejó el cesto y prohibió a sus dos hijas tocarlo, pero no bien se hubo dado la vuelta cuando las hijas se apresuraron a abrirlo. Les encantaron el aspecto físico del héroe y sus talentos de cazador. La verdad es que las dos monstruosas hijas se enamoraron de él y la menor lo escondió en su hamaca.
Cuando la ogresa se dispone a matar y comer a su prisionero las muchachas confiesan su falta. La madre consiente en perdonar a este yerno imprevisto a condición de que pesque para ellas. Pero sea cual sea la cantidad traída a casa tras una dura jornada de pesca, la ogresa devora todo menos dos pescados (uno para cada hija). Ya sea por la falta de alimento o por el agotamiento físico el héroe caerá enfermo.
Constelación de Orión donde vemos en su centro uno
de sus fragmentos más característicos:
el "Cinturón de Orión"
La hija mayor descubre la muerte de su madre, afila su cuchillo y persigue al culpable. A punto de ser alcanzado, éste ordena a su mujer subir a un árbol y trepa tras ella, pero no con la suficiente velocidad ya que la hija mayor consigue cortarle una pierna en el proceso.
Por ello siempre se ven en el cielo nocturno al héroe [las Híades], con su mujer por encima de él, pues aún sigue subida al árbol [las Pléyades] y por debajo de los dos podemos ver la pierna cortada [el cinturón de Orión].