El entierro de la sardina, de Francisco de Goya (fuente: web oficial de la RABASF)
El origen del entierro de la sardina
Hoy es Miércoles de Ceniza. Este día supone el final del carnaval y el comienzo de la Cuaresma, periodo litúrgico de purificación previo a la Pascua. Pero, además de la imposición de la ceniza, ¿qué otra conocida tradición se desarrolla tal día como hoy? ¡Efectivamente! Si habéis leído el título de la entrada lo habréis acertado: el entierro de la sardina. ¿Y qué tiene que ver esto con Madrid? Pues bien, aunque no lo creáis, según la tradición esta procesión tuvo su origen en Madrid.
Durante el reinado de Carlos III, parece ser que el Rey quiso celebrar el comienzo de la Cuaresma con el pueblo de Madrid y, para lo cual, se hizo un encargo de sardinas. El transporte de alimentos en el siglo XVIII no era como en la actualidad. El tiempo que se invertía y los sistemas de conservación hacían difícil poder disfrutar de un pescado tan fresco como hoy en día. Si a eso añadimos que por aquellos días hubo una inusual ola de calor… ¡imaginaos en qué estado llegaron las sardinas a la capital! No hubo manera de aprovechar tal cantidad de pescado podrido y hediondo. Así que Carlos III ordenó que todas las sardinas fuesen enterradas en la Casa de Campo, bien lejos del centro de la capital para evitar los olores.
Así pues, lo que en principio parecía que iba a ser un festín de pescado, alimento muy consumido en Cuaresma, acabó dando lugar a una tradición que pone fin al carnaval, no sólo en Madrid, sino en otras ciudades españolas e hispanoamericanas.