Revista Cine
El origen del planeta de los simios (2011), de rupert wyatt. los derechos de los animales.
Publicado el 27 agosto 2011 por MiguelmalagaMientras veía esta precuela de la famosa película de Schaffner me acordaba de dos escritores muy distintos: por un lado, de George Orwell y su "Rebelión en la granja", cuyas intenciones no tienen mucho que ver con esta película y por otro, de Peter Singer, el más famoso filósofo que aboga por una ética para los animales.
De hecho, un par de días después de ver "El origen del planeta de los simios", me encontré un artículo suyo en El País en el que ofrecía su personal interpretación de la película. Singer habla de las razones por las que no se quiso rodar con simios reales y simularlos por ordenador: precisamente por no cometer el mismo pecado que denuncia la historia, por no hacer sufrir gratuitamente a animales inteligentes. Y es un acierto haber escogido a un actor experimentado en estas lides como Andy Serkis para interpretar al personaje principal: a César podemos intuirle todos sus sentimientos a través de la gesticulación facial.
Sin llegar al nivel de la clásica "El planeta de los simios", esta nueva propuesta al menos se toma el guión en serio, apostando por dosificar la reflexión y la acción a partes iguales. Muestra que el dominio de los seres humanos sobre el planeta no es más que una mera casualidad evolutiva y que las cosas podrían haber sido de otra manera si las circunstancias hubieran sido levemente distintas. La película se toma ciertas libertades, como es lógico, exagerando el poder del medicamento con el que experimenta el doctor Rodman (un muy solvente James Franco) y su efecto casi instantáneo en el incremento de la inteligencia de los simios.
El desenlace de la trama es realmente espectacular y coherente con el resto de películas de la saga. Como si de una rebelión de esclavos se tratara, los simios huyen a un bosque cercano a la ciudad de San Francisco. Desde allí, seguramente, planearán su venganza contra los humanos. Y no desvelo nada, porque el espectador ya sabe lo que va a suceder desde el principio. Lo interesante es ver como sucede.