El día de San Valentín lo conocemos por ser el día de los enamorados, el día para celebrar el amor y el romance.. Pero los orígenes de este festival del encanto en realidad es un tanto oscuro y confuso… A pesar de que nadie ha identificado el origen exacto de ésta celebración, se podría decir que todo empieza en la antigua Roma, donde los hombres azotaban a las mujeres en la creencia que su fertilidad aumentaba…
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La historia de San Valentín se remonta muchos siglos atrás y está envuelta en la bruma de la leyenda, tal es así, que hoy la Iglesia Católica pone en duda su existencia, y desde 1969 no celebra dicha festividad. Los orígenes de la tradición hay que buscarlos allá por el siglo III, cuando el cristianismo se expandía con rapidez por el Imperio romano, pese a los intentos de los dirigentes romanos de acabar con esta nueva fe, que amenazaba la estabilidad del Imperio.
Los Lupercales
En la Antigua Roma se celebraba el 15 de febrero una de sus festividades sexuales más importantes, los Lupercales, que lanzaba a las calles a los ‘lupercos’, jóvenes desnudos que iban azotando a las mujeres que encontraban por el camino con unas correas de piel de cabra, a modo de miembro viril. Una fiesta demasiado lasciva para el cristianismo emergente, que en el año 494 sustituyó la festividad por la del 14 de febrero, fecha en la cual murió martirizado un cristiano llamado Valentín en el año 270.
Entre el 3 y el 15 de febrero los romanos celebraban la fiesta de Lupercalia. Los sacerdotes de los lupercales eran hombres de entre 20 y 40 años que habían sido pastores y llegado a establecer un grupo de seguidores. Se reunían en la gruta Ruminal, en honor a Rómulo y Remo, o Luperca, en honor a la loba, en el monte Palatino. Allí formaban dos asociaciones religiosas según su estirpe: los Quinctiliani y los Fabiani. Un grupo sacrificaba en el altar un macho cabrio y el otro grupo un perro –animales que eran considerados impuros– y marcaban con la sangre del sacrificio la frente de los luperci. Tras desollarlos propiciaban latigazos a las mujeres con las propias pieles de los animales recién sacrificados. “Los románticos romanos estaban alcoholizados y desnudos durante esta fiesta” afirma el historiador Noel Lenski, de la Universidad de Colorado. Por su parte, las mujeres se alineaban en filas esperando a recibir latigazos en sus cuerpos también desnudos. Lo hacían con la creencia de que esto ayudaría en el parto a las embarazadas y facilitaría el embarazo a las estériles. Según Alban Butler, en sus Vidas de los principales santos (1756–1759), indica que los jóvenes extraían los nombres de las mujeres de un tarro y las parejas estaban destinadas a copular mientras duraran las festividades.
El nombre de los Lupercales deriva de lupus (lobo, animal que representa a Fauno Luperco, romanización del griego Pan, dios de la fertilidad y de la sexualidad masculina), un animal clave en la fundación mítica de la ciudad.
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Valentín de Roma
La fuerte carga sexual de las Lupercales hizo que el Papa Gelasio I condenara esta festividad en el año 494. Esta fiesta pagana fue sustituida progresivamente por la conmemoración del martirio y muerte de San Valentín el 14 de febrero del año 270, hoy el Día de los enamorados.
Según la leyenda, San Valentín era un sacerdote cristiano, anteriormente médico, que se opuso a ley que prohibía a los soldados casarse. El sacerdote desafió al Emperador Claudio II celebrando en secreto matrimonios para jóvenes enamorados. En consecuencia, el emperador Claudio ordenó encarcelar y matar a Valentín. También se cuenta que San Valentín de Roma acompañaba espiritualmente a los cristianos que habían caído presos en las persecuciones contra los practicantes de esta fe y les ayudaba a prepararse para el martirio y la muerte.
Sin embargo, la propia Iglesia desde el principio albergó dudas sobre la veracidad histórica de los hechos de San Valentín, de tal manera que incluso Gelasio I afirmaba que San Valentín era uno de aquellos santos ‘cuyos nombres son venerados por los hombres, pero cuyos actos solo Dios conoce’, expresando su falta de pruebas históricas sobre este mártir.
La festividad religiosa se estuvo celebrando hasta 1969, año en el que bajo el pontificado de Pablo VI la Iglesia Católica decidió eliminar San Valentín como festividad del calendario postconciliar (acordado en el Concilio Vaticano II), pasando a ser esta una fecha con santo pero sin celebración. Esto se debió sobre todo a la dificultad para encontrar detalles probables sobre la vida de este santo.
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Según la Enciclopedia Católica, el santo cuya festividad cayó en la fecha conocida hoy como Día de San Valentín fue posiblemente uno de los varios mártires ejecutados en el año 270 d.C. durante el reinado del Emperador Claudio II:
- Un médico romano que se hizo sacerdote y que casaba a los soldados, a pesar de que estaba prohibido por el emperador Claudio “El Gótico” que lo consideraba incompatible con la carrera de las armas. Muy venerado en Francia, en la diócesis de Jumièges.
- Un obispo de la ciudad de Interamna (hoy Terni, Italia), donde se encuentran los restos del cuerpo conservados en la homónima basílica, y donde el 14 de febrero es la fiesta patronal.
- Un obispo también llamado Valentín de Recia, enterrado en Mais, cerca de Merano, en el Tirol italiano. En el siglo VIII su cuerpo fue trasladado a Passua en Baviera. En Alemania los católicos le tienen mucha devoción y es invocado para curar la epilepsia.
Se cree que el sacerdote y el obispo Valentín están enterrados en la Via Flaminia en las afueras de Roma. En el siglo XII, la puerta de la ciudad romana conocida en tiempos antiguos como la Puerta Flaminia (ahora conocida como Porta del Popolo) era conocida como la Puerta de San Valentín.
También es venerado como santo por la Iglesia luterana Sínodo de Misuri, la Iglesia Ortodoxa y por la Iglesia anglicana. Hacia 1840, Esther A. Howland comenzó a vender las primeras tarjetas postales masivas de San Valentín, conocidas como “valentines”, con símbolos como la forma del corazón o de Cupido.