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Cada 20 segundos muere un niño a causa de una enfermedad derivada de la falta de agua potable. La alarma la ha dado el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, quien ha señalado que se pierden 1,5 millones de jóvenes vidas al año debido a enfermedades relacionadas con la diarrea.
Desde ONU Agua (coalición integrada por representantes de 24 organizaciones del foro mundial) se alerta que en 2025, 1.800 millones de personas vivirán en países o regiones con una gran escasez de agua y dos tercios de la población mundial lo hará en condiciones de carencia extrema.
Bajo el lema 'Agua para las ciudades: respondiendo al desafío urbano' se celebra hoy el día Mundial del Agua. El objetivo es claro: centrar la atención internacional sobre el impacto del rápido crecimiento de la población urbana, la industrialización y la incertidumbre causada por el cambio climático, los conflictos y los desastres naturales sobre los sistemas urbanos de abastecimiento de agua.
Esta es la primera vez en la historia de la humanidad que la mayoría de la población mundial vive en ciudades: 3.300 millones de personas. Un paisaje urbano que crece más rápido que la capacidad de adaptación de su infraestructura.
'Personas, ideas y mercancías se mueven de la periferia a los centros económicos, donde maravillas arquitectónicas se elevan hacia el cielo mientras que en su sombra crecen asentamientos irregulares', indicó, a Periodismo Humano, Anders Berntell, director ejecutivo del Stockholm International Water Institute.
La relación entre el agua y las ciudades es crucial. Las ciudades requieren un gran suministro de agua dulce y ello tiene un gran impacto sobre el agua dulce. Para que una ciudad se considere sostenible debe garantizar que también insta a los ciudadanos a la protección del llamado oro azul, a tomar de la importancia de preservar esta fuente necesaria para la vida. Un acceso seguro al agua potable y un saneamiento adecuado.
El reconocimiento por parte de la Asamblea General de la ONU al derecho al agua y al saneamiento para todas las personas en el planeta, pone de manifiesto uno de los grandes focos de atención para superar la pobreza. Se insta a las autoridades de cada país para que hagan un esfuerzo real para que su población pueda hacer uso de este derecho, ahora inalienable, de los seres humanos.
El derecho al agua potable y al saneamiento es derecho humano esencial para el completo disfrute de la vida y de los derechos de la especie sin embargo los pobres pagan hasta 50 veces más por un litro de agua que sus vecinos más ricos ya que, a menudo, tienen que comprar agua a vendedores privados.
Cecilia Carballo, directiva ejecutiva de la ONG Ipade, en declaraciones a RNE, es contundente: 'el agua es un bien común y no se puede mercantilizar'. Desde Ipade se pide un proceso que asegure la distribución y la calidad y el acceso al conjunto de la población. El cambio, asegura Carballo, pasa por cambiar los patrones de consumo e implantar modelos de desarrollo de base local.
Una mejor planificación urbana en lo que respecta a la utilización y reutilización del agua puede contribuir de forma significativa a disminuir las tensiones sociales y económicas dentro, entre y en el entorno de las ciudades, según ha indicado Anderns Berntell.
La falta de tratamiento de las aguas residuales en los países emergentes ha contribuido a la contaminación de los recursos hídricos subterráneos y superficiales. Se calcula que cada día llegan dos millones de toneladas de desperdicios a los ríos del mundo.
Según datos del programa 'Aguas y Ciudades' de Naciones Unidas, alrededor de 800 millones de personas residen cerca de ríos contaminados, muchos de ellos en infraviviendas, sin servicios básicos ni saneamiento adecuados, expuestos a altos índices de contaminación por productos químicos y riesgo de enfermedades contagiosas. En países en desarrollo, el 50% de la población no tiene acceso a un abastecimiento adecuado de agua y saneamiento.
Por eso, en un día como hoy que también insta a los ciudadanos a la protección del llamado oro azul, a tomar de la importancia de preservar esta fuente necesaria para la vida.