Aunque los vaivenes de los mercados no dan tregua, y generan inquietud e incertidumbre, a veces se pierde de vista que existen algunos productos que mantienen una garantía de inversión a largo plazo incuestionable. Es el caso del Oro, valor refugio de referencia, que mantiene una solidez y rentabilidad apalancada en el tiempo.
El Oro ha levantado civilizaciones, y también ha sido capaz de extinguirlas. La codicia es una seña de identidad del hombre y el precioso metal ha conducido a millones de personas a la miseria o al éxito. No hay guerra local o mundial sin que el Oro aparezca como el tesoro que ofrece relativa estabilidad en mitad del caos, o resista como un sólido galeón a la tormenta perfecta de una crisis económica.
Los que nos dedicamos profesionalmente al mercado del Oro tenemos un principio básico: es imprescindible estar bien informado para conocer de verdad este sector, más allá de las cifras y de las cotizaciones diarias. Tratándose de un producto muy atractivo para la inversión, muchas personas aún creen que es similar a una acción o un producto bancario que genera intereses fijos mensuales. El Oro físico va más allá, ya que asegura nuestro dinero sin un papel impreso que corre el riesgo de devaluarse con el paso del tiempo; el Oro vive ajeno, al control de los gobiernos (bueno, excepto Argentina) y de los propios políticos. Si además está exento de IVA (según el capítulo V del Régimen especial del Oro de Inversión), nos encontramos ante un seguro de vida de extraordinario atractivo, y singular vínculo en el ámbito familiar para consolidar y garantizar el patrimonio.
Del Oro se ha escrito de todo: es un metal de leyenda. En la actualidad, algunos expertos en inversión aconsejan que para constituir un patrimonio que aúne la rentabilidad y solidez se debe invertir entre un 10 y un 20 por ciento del dinero disponible en Oro. Pero además, se olvida que se trata de un metal finito, y que muy probablemente en este siglo desaparecerá de la tierra. El Oro es una oportunidad de presente y de incuestionable futuro, pero en estos tiempos que corren es fundamental estar bien asesorado para evitar caer en el error de invertir o vender sin conocer la especial dinámica de un sector que es parte fundamental de nuestra historia, más aún ahora que vivimos tiempos de zozobra, plagados de luces y sombras.
Por: Lizette Paternina