Revista Opinión

El oro de berlín

Publicado el 29 octubre 2019 por Carlosgu82

¿Oro nazi en España? ¿Es cierto que el Gobierno español obtuvo oro procedente de las extorsiones realizadas a judíos y otras víctimas del nazismo?

Después de la Guerra Civil Española (1936-1939), el régimen de Franco solo pudo recuperar una pequeña parte de las reservas de oro del Banco de España. Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), el Gobierno de España no podía obtener las devaluadas divisas extranjeras a cambio de sus exportaciones, así que aceptó pagos en oro de Gran Bretaña y otros países, aunque no queda claro si lo hizo también de Alemania. Entre 1942 y 1945 el Instituto Español de Moneda Extranjera (IEME) adquirió 67,4 toneladas de oro puro de Londres, Berna y Basilea. Parte de esa cantidad financiaba exportaciones corrientes a Suiza, aunque otra servía para abonar exportaciones clandestinas de wolframio, que el Reich alemán pagaba a través de cuentas helvéticas. Parece ser que el grueso de las transacciones durante este período de convulsión mundial procedía de cambios y pagos internacionales comunes, y aunque una parte fueran lingotes de oro alemanes, siempre llegaban a través del Banco Nacional de Suiza.

Inmediatamente después de la guerra, y mucho después, con una polémica surgida en los años 90, el Gobierno español fue acusado de haber obtenido oro nazi robado a los judíos y a otras víctimas del nacionalsocialismo. Superada la transición, y bajo la nueva monarquía borbónica que sucedió a Franco, fue puesta a trabajar en el caso a una comisión de economistas para aclarar este escabroso tema. En Abril de 1998, Enrique Múgica, a la cabeza de esta comisión, presentó un informe de 300 páginas, el cual, después de registrar cuidadosamente los archivos españoles, absolvía a España de la compra de oro alemán durante la guerra. Según ha explicado el historiador Martín Aceña “Los recursos se generaron con los aliados y con los neutrales. Los alemanes si utilizaron oro en operaciones clandestinas, y al final de la guerra se encontraron 1,1 toneladas en la embajada alemana de Madrid. Sin embargo, estos pagos clandestinos iban a parar a personas concretas, y no al Estado. En cambio, los lingotes de oro alemanes procedentes del Banco Nacional de Suiza, si que sirvieron para pagar exportaciones a países que no eran Alemania.” A mi parecer, aquí deberíamos de hablar ya de doble moral.

El oro era la “moneda de cambio” para realizar los pagos de los productos extranjeros que necesitaba España, ya que los aliados y otros países neutrales se negaban a realizar operaciones de cambio de moneda. Ya en 1943, los aliados advirtieron a los países neutrales en la guerra que no aceptaran oro alemán debido a su más que comprometida procedencia, fruto del saqueo y el exterminio de millones de judíos y otras víctimas del nazismo.

En caso de que así lo hicieran, los aliados no aceptarían ese oro como pago al final del conflicto mundial. Aunque gran parte del oro español no hubiera sido recibido directamente de Alemania, si fue objeto del embargo aliado después de la guerra, imposibilitando al Gobierno utilizarlo para financiar las importaciones que tan desesperadamente necesitaba la España de postguerra. El Consejo de Control Aliado (ACC) no terminaría su investigación sobre los pagos y compras españolas hasta 1948, llegando a la conclusión de que únicamente podía demostrar que España había adquirido 101kg de oro alemán de origen comprometido, y el cual devolvió el Gobierno franquista. España quedaría a partir de ese momento libre para utilizar gran parte del oro que le quedaba como aval para solicitar préstamos imprescindibles para su economía a bancos de Nueva York entre 1948 y 1949. Este oro nunca llegaría a Madrid, ya que la devolución se pospuso tanto que el aval no pudo recuperarse.

Como pequeña conclusión y opinión personal, el oro utilizado por el gobierno nacionalsocialista, en mucho casos procedente de la extorsión y el asesinato de la población judía y otros colectivos excluidos del proyecto del Reich alemán, fue utilizado como moneda de cambio, directa o indirectamente, no solo en España, sino en muchas otras transacciones comerciales realizadas con otras naciones o particulares extranjeros. El problema y la “doble moral” vendrían dispuestos por los acontecimientos de la guerra. Antes del inicio de las hostilidades en septiembre de 1939, Alemania había hecho negocios con empresarios extranjeros, ya que desde 1933 el partido Nazi regentaba el poder en Alemania, y desde agosto de 1934, con la muerte del presidente Hindemburg, Hitler asume todos los poderes. Con la conquista de Francia en 1940, muchos franceses que respaldaban a los alemanes asumen el control de la Francia de Vichy, enriqueciéndose de manera fraudulenta y ruin a costa de sus compatriotas (judíos y no judíos). También es conocido el antisemitismo de muchos norteamericanos y sus relaciones con el gobierno nazi, aunque cortadas de raíz con la entrada de EEUU en la guerra. Un claro ejemplo lo observamos en Henry Ford, el cual, entre otras consideraciones, recibiría la condecoración de la Gran cruz del Águila alemana. Con esto no pretendo decir que parte del oro alemán fuera a caer a manos de algunos particulares, aunque no se puede descartar que indirectamente se beneficiaran de él. Es bien seguro que no todo el oro y demás riquezas expropiadas han sido devueltas a sus legítimos dueños o descendientes de estos. Parte del oro nazi paso a manos de los vencedores después de la guerra, otra se perdió, y la parte restante ha desaparecido sin dejar rastro, dejando en el aire cientos de preguntas sin una respuesta clara. Nunca se sabrá con certeza toda la verdad, pues la codicia es el cáncer que aflige el alma de la mayoría de los humanos.

BIBLIOGRAFÍA

-Stanley G. Payne. “Franco y Hitler. España, Alemania, la segunda guerra mundial y el holocausto.” Ed. La esfera de los libros.


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