La siguiente es una entrevista realizada por la periodista Nora Roger de la revista “Le Bijoutier International” a Jean-François Faure presidente y fundador de la sociedad francesa AuCOFFRE.com y LINGORO.com.
Jean-François Faure presidente de Aucoffre.com y LINGORO.com
En los últimos años, el oro ha sido objeto de un frenesí. Jean-François Faure, presidente y fundador de AuCOFFRE.com, LINGORO.com, editor del blog Loretlargent.info y autor de un libro publicado en diciembre de 2011 y reeditado este año (L’or, un placement qui (r)assure): El Oro, una inversion que asegura, comparte sus conocimientos sobre el oro para responder a esa simple pregunta: ¿cómo es la cotización del oro hoy por hoy?
¬ Por Nora Roger
Jean-François Faure nos da su punto de vista de experto que juega varias cartas distintas. Su empresa AuCOFFRE.com ha realizado una encuesta con el Ifop (el instituto francés de opinión pública) en marzo de 2012 sobre los franceses y el oro.
Nora Roger – En la encuesta se cuestiona, en la actualidad, un estancamiento de las compras de oro…
Jean-François Faure – La palabra « estancamiento » debe ser medida. Ha habido momentos de euforia, todos los años desde 2008, de hecho. Desde 2011 estamos en una fase de consolidación. Antes, los franceses eran más vendedores que compradores. Desde ese momento, se ha producido el efecto inverso.
Si hay una necesidad inmediata de dinero, sólo basta con vender el oro que poseemos. Si no existe esa necesidad, lo conservamos como producto de protección anti-crisis. Las fluctuaciones son habituales. En este momento, estamos en un período muy interesante para comprar. El año pasado, en el mismo período, si bien el oro estaba que ardía, era mejor vender. El oro siempre es apetecible.
NR – En su opinión, ¿por qué el oro conserva su estatus de valor refugio?
JFF – En general, los productos sobre los cuales tenemos una cierta perspectiva son los más favorecidos. Son aquéllos cuyo valor y calidad no hay que establecer, donde la cotización ha podido ser observada durante las diferentes crisis. El oro forma parte de este tipo de productos fiables. Por ejemplo, si comparamos el oro con una bicicleta de 1912, que costaba entonces unos 20 francos, hoy cuesta unos 260 euros en promedio, es decir, el precio de un Napoleón.
Esto significa que la moneda fiduciaria, ya sea el euro, el dólar o el yuan, sólo valen la confianza que le otorgamos.
NR – Según la encuesta, notamos que el precio del oro no es el primer freno para su compra. ¿Por qué conserva entonces la imagen de un producto reservado para la elite?
JFF – Este malentendido se origina en una falta de comunicación. Los franceses no saben adónde acudir. Se imaginan que deben ir a ver a su banquero, seguir numerosas modalidades
muy complejas y estar en la obligación de invertir mucho de golpe. En resumen, en el inconciente prima la idea de que el oro está fuera del alcance.
NR – ¿Cuál es el perfil de quien compra e invierte en oro hoy?
JFF – Eso ha evolucionado mucho. En 2008 se trataba de profesionales, conocedores y que poseían un ahorro más bien elevado. En la actualidad, gracias a la publicidad y a la mediatización del servicio, este sector atrae muchos más clientes que antes: el inversor actual está al tanto de que la inversión es interesante, de que tiene una solución contra la crisis. Hoy, el comprador tiene una edad de veinte a treinta años, con ingresos medianos.
Pero es sobre todo novato en el tema que estamos tratando.
NR – ¿Qué diferencias ha notado entre el inversor actual y el de antes?
JFF – Los primeros perfiles invertían sumas consecuentes, a largo plazo: “he estudiado bien la cuestión, compro hoy y vendo dentro de doce años”. O bien, optaban por el “Trading”: “compro hoy y vendo mañana ya que en el medio habré hecho una plusvalía del 2%”. Los más viejos y experimentados van a asumir más riesgos, en la medida en que tienen los medios de invertir más. Los que compran sumas más pequeñas de oro tienen por vocación ahorrar: “compro un gramo como mínimo por mes, en una lógica de largo plazo”.
Los jóvenes buscan la seguridad, la protección. Como ganan poco, no desean jugar con su salario.
NR – ¿Cuál es el interés de comprar oro?
JFF – ¡Preguntarse eso es como preguntarse para qué sirve nuestro seguro contra incendios! Parece algo obvio que hay que contratar, y sin embargo ¿cuáles son las probabilidades de que se produzca ese evento? El oro trae seguridad, pero la mayoría lo piensa dos veces antes de comprarlo. Esto tiene que ver, sin embargo, con un evento que nos afectará seguramente: la crisis.
Esto permite, por otro lado, cubrir las pérdidas vinculadas al CAC 40, si entramos en una lógica de negocio. Los compradores están listos para pagar el precio. En resumen, el oro se hace estable mientras que los demás productos pierden su valor en un contexto de crisis.
Su interés está ligado a su estabilidad.
NR – ¿Y cuáles son los riesgos?
JFF – La venta de oro sigue siendo el momento más importante en su vida. Si usted cede el bien, eso significa que necesita dinero. Por eso es necesario poder vender rápidamente, al precio ideal. Pero hay que tener en cuenta el valor del oro, su tipo, su calidad y su rareza.
El riesgo consiste en evaluarlos mal. El tipo de adquisición importa también. El oro en papel es gestionado por el organismo bancario. En caso de quiebra, el oro queda prisionero del movimiento. Las joyas tampoco son para privilegiar: son caras en la compra y no son lo suficientemente valorizables en la venta. El coste de base incluía la marca, la elaboración, el spot de oro, etc. Para revender este tipo de oro, la fundición estará a su cargo. Al final, el motivo por el cual lo había comprado, que le hacía precioso, no lo es tanto una vez fundido.
NR – El aumento de la cotización del oro y las industrias están vinculados. ¿Podría hablarnos del tema?
JFF – En las industrias en general, el oro es un material que difícilmente podamos reemplazar por otro. Posee características particulares, de allí su uso para conductores electrónicos, de microprocesadores o de cableados. Incluso si está presente en todos los niveles, la cantidad de oro es tan mínima que su valor no cambia, o cambia poco. En el plano industrial, este aumento no tiene una repercusión notable. En el universo de las joyas, en cambio, las cantidades utilizadas son consecuentes. Los profesionales han sido obligados a arbitrar en la medida en que los franceses se desvían de este producto. Pero aunque la joyería no responda a las primeras necesidades, de todos modos forma parte de lo cotidiano, en las bodas, por ejemplo. El aumento del valor de oro ha afectado su precio de venta de las joyas. Sin embargo, combinando las plusvalías, los impuestos, etc., las joyas no son interesantes.
Un collar comprado y revendido en el momento perderá su valor, pese al carácter no cambiante del oro durante esa transacción.
NR – ¿Qué tipo de oro conviene adquirir justamente?
JFF – El oro físico, al que llamamos “oro de inversión”, en forma de lingote o de moneda, es el más interesante. Sobre todo en períodos de euforia, como de junio a septiembre de 2011, donde uno no paga más que el valor del oro, y nada más. El objetivo sigue siendo sin embargo la compra de monedas de oro (Napoleones, Soberanos, Vera Valor, etc.). Cada una de ellas posee su prima ideal de compra, y todas reaccionan de manera diferente de la cotización del oro. La excelente ventaja de las monedas es que, en períodos de crisis, su prima explota al alza, aprovechando así la progresión de la cotización del oro.
NR – ¿Qué implicaría la salida de Grecia de la Eurozona (Grexit) sobre el precio del oro?
JFF – El euro, en este escenario, pierde toda credibilidad. Una baja de su valor sería inmediata, teniendo en cuenta la desconfianza que eso implicaría sobre la moneda europea. Si Grecia puede salir de la zona, ¿cuál será el próximo país? Enormes fluctuaciones monetarias
implicarían variaciones sobre el oro imposibles de cuantificar. Éste se cotiza en dólares y a escala internacional, pero en Europa, se lo alinea sobre el euro. Hay que tener en cuenta demasiados parámetros para poder medir las consecuencias de una Grexit. Pienso que habría sobre todo fluctuaciones muy erráticas, que representarían las que sufre la moneda en cuestión. El oro conserva desde hace seis mil años una estabilidad con respecto a los bienes básicos.
NR – Según la encuesta, el oro constituye una inversión con futuro. ¿Es realmente así mientras que los recursos se agotan? Se habla de una duración de vida de unos 25 años…
JFF – Es verdad que los yacimientos en África se están agotando. El oro se hace más raro y la extracción se efectúa a escala microscópica. Imaginemos que el oro desaparece de aquí a 25 años: Este material se hará así súper raro, y por ende verdaderamente caro. Habrá que reciclarlo. Al no haber más producción de oro entrante, venderemos a ventanilla cerrada. La incapacidad de responder a una demanda creciente encontrará su respuesta con un precio más elevado. Si todo eso se hace demasiado oneroso, los consumidores se desviarán quizás de ciertos productos, pero la demanda no desaparecerá.
NR – ¿Podemos comparar el oro con otros productos, con otros valores?
JFF – Por supuesto. El diamante no es interesante, en una lógica de compra contra las crisis. Una vez cortado pierde su valor, contrariamente al lingote. Y posee un valor únicamente en la unidad del producto trabajado. En cambio, los relojes de lujo son lo más interesante después del oro. Su valor no es necesario probarlo desde hace años. En Islandia, en 2008, en plena devaluación de la moneda, durante la quiebra, los habitantes vendieron sus Rolex a un precio negociado internacionalmente, en dólares. La cotización de la relojería de alta gama es estable en materia de modelos de ocasión. Por último, el vino también es una buena inversión. Esto concierne únicamente a las botellas de gran renombre y muy caras. Pero a la hora de invertir miles de euros, es preferible adquirir monedas de oro, que son imperecederas y manipulables. No es necesario ser un experto para conocer su valor.
Algunos bienes básicos, que permiten vivir, beber y alimentarse, están desconectados del valor fluctuante de la moneda. En período de crisis los efectos de moda interesan poco, y nos volcamos a los valores ultra tangibles.
Libro de JF Faure, proximamente disponible también en español