Las muestro recién ahora porque había subido varias de ostreros en esas fechas, unas de un ostrero y uno de sus pichones que obtuve a corta distancia. En este caso también logré un acercamiento bueno pero no tanto como el anterior, lo que me gustó de esas fotos fue que el ostrero estaba parado a orillas del mar entre las rocas, atento ante mi presencia, mientras el oleaje rompía en la costa escabrosa y salpicaba constantemente, cosa que al ave no la perturbaba en lo más mínimo, están muy acostumbradas al oleaje ya que su hábitat es precisamente la costa del mar.








