
"Me despierto en un Cessna, en plenas turbulencias. Me duele la cabeza, y hay manchas de sangre en mi camisa. No tengo ni idea de cuánto tiempo ha pasado. Me miro las manos, pensando que me las veré esposadas, pero no, solo llevo un cinturón normal de los de avión. ¿Quién me lo ha puesto? Ni siquiera me acuerdo de haber embarcado".
Me regalaron esta novela justo antes de irme de vacaciones, así que hablaré de mi última lectura veraniega. Hoy traigo a mi estantería virtual, El pacto.
Alice y Jack forman la pareja perfecta, ambos con trabajos de éxito, enamorados, una sólida historia juntos y una vida social que incluye fiestas con un selecto grupo de gente. Sin embargo, nada es lo que parece ya que ambos firmaron un acuerdo llamado "El pacto" para garantizar que su matrimonio durase para siempre. Eso es lo que les proporcionó los amigos y las fiestas, amigos que quizás no son tan amigos y fiestas que tal vez no sean tan glamourosas. Del pacto no se habla. Y tampoco se sale.
Recuerdo haber leído hace muchos años un relato de Stephen King en el que un hombre firmaba un contrato en el que le garantizaban que dejaría de fumar. Y recuerdo haber terminado el relato de aquel exfumador con el corazón encogido. Cuando me pusieron este libro en la mano y leí la sinopsis recordé ese relato, y no tardé en comenzar la lectura. Nada que ver, por supuesto, aunque ambos comparten momentos de angustia.
Michelle Richmond juega en su novela con la idea del "felices para siempre" que vemos desde niños en los cuentos. A fin de cuentas, ¿quién no querría la fórmula mágica para tener un matrimonio feliz para siempre? Solo que la magia no existe, tal y como descubren nuestros protagonistas.
Cuando los conocemos la historia está en un punto intermedio, así que miraremos atrás para comenzar por el feliz comienzo de este matrimonio que, ajenos a que son elegidos, disfrutan de una nueva amistad y de la curiosa propuesta que les hace a través de una mujer llamada Vivian. Ellos, al igual que todos, viven en un mundo competitivo en el que el fracaso no es una opción, por eso se sienten tentados a firmar esa suerte de mágica ayuda para su vida conyugal. Lo que no saben es que al hacerlo entrarán en una suerte de secta que les controlará cada movimiento, cada detalle de la pareja, y les castigará si no cumplen con sus obligaciones. Un mundo en el que no existen los amigos reales dentro del círculo de "el pacto", donde cualquiera te puede controlar o delatar, al igual que tu lo puedes hacer con ellos. Unas férreas reglas para mantener un amor en las que el amor parece ser lo menos importante.
Richmond nos irá descubriendo cada vuelta de tuerca a la vez que la pareja la vive, de tal modo que la atmósfera del libro se va cargando hasta resultar agobiante. Y de paso nos irá dejando reflexiones sueltas sobre lo que es el amor, los compromisos, las relaciones... Sin embargo, he tenido la sensación de que en algún momento la autora pierde pie ya que estamos ante un libro de adultos que resultan demasiado sencillos de manejar hasta el punto de optar por una resolución que no me ha llegado a dejar del todo satisfecha. He tenido la sensación de estar ante una suerte de salida fácil para una trama en la que cualquier otra opción se había vuelto demasiado complicada de justificar. Los personajes, con la excepción de los protagonistas, quedan esbozados de forma muy superficial, por eso muchas veces no comprendemos los giros de la trama, ya que nos faltan los motivos reales, la profundidad necesaria para que sus actos queden justificados a ojos del lector.
Así pues, El pacto ha resultado una novela con altibajos que tiene su punto más alto hacia la mitad de la trama y que luego va decayendo suavemente hasta un final que no me ha convencido en absoluto. Está claro que este año no he sido capaz de encontrar "la novela del verano".
Y vosotros, ¿cuál ha sido vuestro libro del verano?
Gracias.
