Como parte de este equipo de “padres en pañales” aquí va mi primera aportación al blog para el apartado del “papá”, y como es de obligación voy a comenzar con el tema del papel del padre durante el embarazo.
Ya son casi 4 los meses que han pasado desde que nació la beba, y la verdad es que sí, el tiempo pasa volando, y con cada etapa a la que se llega todas las anteriores pasan a hacerse lejanas, en ocasiones te encuentras hablando de algo que ha pasado hace pocos días como si fueran meses o semanas, no obstante los recuerdos siempre quedan ahí, así que esta fue mi experiencia -lejana- de mi papel en el embarazo.
Desde luego esto no es una guía, de hecho, todas las parejas, procesos y bebés son únicos y diferentes, el primer consejo para el futuro padre es que sea el guardián de esta premisa y la tenga en cuenta, pues los padres somos nuevos, pero el mundo del embarazo no, y las informaciones, consejos, corrientes, intereses y opiniones que os van a llegar van a ser muchas. Buscad vuestro propio camino, en el que os sintáis cómodos, las cosas podrán ir mejor o peor, pero os toca ser responsables de la salud de un bebé, que aunque esté en el vientre materno, es cosa de dos (si es posible).
Visto esto empezamos a hablar del padre en el embarazo:
El padre se dedica a tareas logísticas. Fin.
¿Es esto cierto? ¡No!
No del todo….
El comienzo
Desde que uno conoce la noticia los días pasan despacito, y lo que en teoría parece una noticia que va a cambiar tu vida de la noche a la mañana no lo hace de forma tan radical, todo es gradual, y debe serlo así ya que es lo natural.
No todo el mundo tiene la misma tolerancia para reformular la forma en la que vive, son muchos años de tranquilidad, independencia e individualismo que van a verse cambiados, cambiados como el momento de dejar la casa de los padres, o cambiados como en el momento de irse a vivir en pareja, rutinas, costumbres, espacios de tiempo – y físicos- que siempre han estado ahí van a cambiar, pero poquito a poquito.
En mi caso pudieron pasar varias semanas hasta que realmente me hice a la idea, hasta que ves que las costumbres de la madre cambian, las visitas al médico son más frecuentes, la barriga empieza a crecer, la gente te habla diferente, llega alguna ecografía, empiezan a notarse golpecitos… y aun con todo esto, no sabemos lo que nos viene.
Mi caso fue gradual, y puedo decir que lo prefiero así. Hay padres que pasan de 0 a 100 en un día, comienzan a leer libros, ver documentales, descargar aplicaciones, comprar revistas, hacer listas, calcular costes… y no hay nada malo en informarse, todo lo contrario, pero dedicarle demasiado tiempo supone quitárselo a otras cosas y puede crear mayor impacto, incluso hay padres que se transforman en monotema y son aburridos y abrumadores hasta para la propia madre, y todavía quedan muchos meses por delante.
Infórmate, disfruta el proceso, pero no te aceleres, las obligaciones no empiezan desde el primer día, van creciendo poco a poco, como la barriga (de la madre).
Toca ponerse las pilas
Tu pareja está embarazada, se nota, y empieza a hacer cosas de embarazada, te toca empezar a hacer de padre.
Tu relación con el embarazo se divide en dos ramas, la obligación, y la implicación.
Por un lado eres imprescindible en ciertas cosas, seguramente serán pequeños detalles que irán en aumento conforme la madre necesite más ayuda, habrá cosas en las que realmente te necesite, y si no es a ti a otra persona. Llevarla a sitios, hacer recados, papeles, levantar peso, sacar a los perros… no hay que confundirse, una embarazada no es un una inválida, pero tiene sus limitaciones y sus necesidades, a veces reales, y a veces no, en cualquier caso hay que hacer lo necesario para ayudar.
Por otro lado cada padre, dependiendo de su carácter y sus posibilidades, se tomará el embarazo de una forma u otra. Los padres pueden aportar un extra de ayuda implicándose en el embarazo, si vas a tener un bebé con tu pareja seguramente tendréis cierto grado de compenetración y complicidad que os ha llevado hasta este momento, os tomáis las cosas de forma parecida y hay una armonía en lo que hacéis, mi consejo es que durante el embarazo las cosas sigan siendo así.
No hay que pasar del tema, que sería lo fácil para muchos, ni tampoco hay que ponerse radicales, lo mejor es seguir el ritmo que marca la madre, o mejor, el que marque la pareja de forma natural, hablar de las etapas del embarazo cuando ella quiera, dedicar los mismos ratos a informarse, preguntar por su estado y hablar tanto como ella quiera, sacar ratos para acompañarla a ver cosas siempre que sea posible, intentar ir a las visitas al tocólogo…
Perder la implicación en el proceso puede hacer que la madre se sienta sola, además de que el padre se perderá una etapa muy bonita en la que va a aprender muchas cosas que le servirán más adelante.
Igualmente implicarse demasiado, demasiado demasiado, (por ejemplo si la madre trabaja durante el embarazo y el padre en paro se dedica a estar todo el día leyendo sobre el embarazo, mirando ropita, eligiendo carrito…) la madre puede sentirse intimidada e incluso desplazada.
No creo que se sea mejor padre por estar más implicado, creo que se es mejor padre cuando se intenta por todos los medios hacer el proceso fácil y feliz para la madre, haciendo todo lo posible por la salud del bebé. Esto lo marcan las personas y las situaciones, que siempre son únicas y diferentes.
La madre se pone rarita
Puede ser que sí, o puede ser que no. El embarazo implica unos cambios profundos en el cuerpo y la vida de la madre, y esto puede llegar a hacer que simplemente sea diferente. Ahí van algunos puntos:
- La vida de la madre cambia, esto es complicado, a veces se olvidará -como cualquier humano- de ciertas nuevas limitaciones y deberes conforme avanza el embarazo. Habrá que recordarle cosas.
- Contrasta con ella, cuando vea grandes problemas, hazlos pequeñitos.
- Madre sí, pero no tanto. Durante el embarazo se puede vivir la vida, que no lo olvide. Sácala de casa, haced lo de siempre si podéis. Nosotros bailamos hasta pocas semanas antes del parto.
- Si no era top model antes, ahora tampoco. Los cambios en su cuerpo pueden preocuparla si es una chica a la que le importan mucho las apariencias. No es momento de pensar en ello demasiado, es la misma pero tal como tiene que ser durante un embarazo, no hay más.
Seguramente la verás igual o más guapa que de normal, recuérdaselo porque sí todos los días.
- Mamá feliz, embarazo feliz. Haz un esfuerzo extra por hacerla sonreir, sáltate alguna prohibición del embarazo si no es vital, hacer lo posible por tener un buen recuerdo del embarazo. Las emociones influyen en el cuerpo y pueden ser la mejor medicina.
- Papá ¿Eres tú el rarito? Revisa tu comportamiento, no seas tú el problema, no es momento.
Dentro de poco llegaréis al parto, el mejor momento de vuestra vida y para el que os habéis estado preparando día a día casi sin daros cuenta durante estos meses. Ahí todo vuelve a empezar, igualmente hablaremos del papel del padre durante el parto y los primeros días.