Juan Martorano
Hay una inmensa cantidad de temas en el tintero que tengo para desarrollar, y tengo algunas evaluaciones realizadas de la actual coyuntura del país que a su debido momento espero poder socializar. Estos días de reposo, de salida de la semana mayor, de reflexiones, de reencuentros, me ha permitido oxigenar las ideas y retomar mi posición en la batalla.Modestamente, así lo expresó, y producto de las informaciones que circulan en cables internacionales, hemos estado esbozando lo que me he permitido en teoría llamar el escenario de “las vacas gordas”, esto porque mencioné paulatinamente el precio petrolero empieza a recuperarse, producto de la decisión de Rusia, Qatar, Arabia Saudita y Venezuela, un país no OPEP y tres países miembros de la OPEP, de congelar la producción petrolera a niveles de enero de 2016. Tal decisión ha tenido un impacto importante, puesto que la cesta petrolera OPEP en estas últimas cuatro semanas aumentó 10 dólares, y la venezolana pasó de 24 a 30 dólares. Y eso que aún no se ha terminado de celebrar la reunión de países OPEP y no OPEP prevista para el 17 de abril, donde es altamente probable que más países se sumen a una decisión como ésta.
Arabia Saudita, pese a su papel de cipayo de los EEUU, su crisis económica y reducción de recursos no le quedo de otra que sumarse a esta decisión. Los EEUU, pese a la utilización del “fracking” como método de explotación petrolera para inundar el mercado e inducir a la baja de los precios petroleros para perjudicar a países como Rusia y Venezuela, no sólo les ha perjudicado desde el punto de vista ambiental, sino económico, pues con esta forma de extracción petrolera, han llevado a la quiebra a un poco más de 80 empresas, con posibilidad de que dicha cifra aumente. Eso sin contar las mentiras de transnacionales petroleras para inducir a la baja de los precios petroleros, y la ocurrencia de “un error contable” en función de ello. ¿Casualidad?
Y ni hablar de la certificación de las riquezas del Arco Minero que yacen en esa zona muy querida por esto quien escribe, la región de Guayana. Una zona estratégica y vital, que abarca, si sumamos los estados Amazonas y Delta Amacuro, más del 60% de la superficie del territorio nacional, pero en donde se habita menos del 10% de la población del país, lo que se constituye en una vulnerabilidad terrible para nuestra Seguridad Nacional. Si bien podemos tener severas críticas a la implementación de las políticas del desarrollo del Arco Minero, como por ejemplo que la Gold Reserve sea la que explote concesiones auríferas y otros elementos, no creo que pidiendo o gritando la no implementación del Arco Minero y la Zona Militar Especial sea la solución a estas problemáticas. Eso seria, desde mi punto de vista, el otro extremo que tampoco podemos aceptar.
No obviemos, y sé que esto lo hizo el Presidente Maduro por instrucción del Comandante Eterno Hugo Chávez, que en la reforma de la Ley del Banco Central de Venezuela, reconocer y darle mayor preponderancia a los minerales estratégicos como el oro, el coltán, el aluminio, la bauxita y tantas riquezas que yacen en Guayana, para que entren dentro de la masa de nuestras reservas internacionales, y contribuir a la diversificación de fuentes para la obtención de divisas necesarias para nuestro desarrollo nacional. Es por ello, que no es casual, que la Asamblea Nacional adeco burguesa quiera modificar nuevamente la Ley Orgánica del Banco Central de Venezuela. No podemos perder este elemento importantísimo de vista.
Pero, con esta introducción un tanto extensa, y me disculpan mis lectores y lectoras por ello, solo me refiero a consecuencias del principal mal que hoy aqueja a nuestro país, a la crisis por la cual estamos atravesando, y es por ello, que quiero desarrollar las ideas que motivaron el título del presente artículo, prometiendo que algunas de las consideraciones previas ya hechas por mí retomarlas en próximos artículos con mayor detalle.
El pasado domingo 27 de marzo, el periodista, abogado y analista político, José Vicente Rangel tuvo como invitado de primerísima línea, y más apropiado que éste ninguno, al padre jesuita Numa Molina, párroco de la iglesia de San Francisco de Caracas, y capellán de Venezolana de Televisión.
Invitado de esta talla por parte de Rangel, y más en un Domingo de Resurrección, no pudo haber sido más oportuno y acertado.
En mi artículo “Creo”, inspirado desde lo más profundo del alma, y por dos personas que son extremadamente especiales para mí, señalé un esbozo sobre lo que desde mi punto de vista es la verdadera raíz del mal que hoy nos aqueja: “En estos momentos en que densos nubarrones amenazan la estabilidad de la Patria, la principal amenaza no son los “bachaqueros”, la Guerra Económica, la criminalidad o los paramilitares. No señor, estamos bien equivocados si pensamos que ellos son causa, cuando en realidad ellos son la consecuencia de males que yacen en el espíritu humano: del individualismo, de la filosofía del “sálvese quien pueda”; del egoísmo, de la pérdida de los valores: de la solidaridad, de la transparencia del espíritu, de la bondad, de la capacidad de ponerse en el lugar del otro o de la otra, de que vas a la calle y la gente te mira como si quisiera matarte; en el perjuicio, descalificación y maltrato de algunos individuos hacia nuestras hermosas mujeres . En fin, el mundo está verdaderamente amenazado y solo el amor es el que lo podrá salvar”. (Resaltado y subrayado del articulista).
Pues bien, que bueno es confirmar que no soy el único que piensa esto, ya que el Padre Numa, en la entrevista con José Vicente Rangel, expresó algunas ideas, que creo importante transcribirlas para poder entender esto en su contexto.
El padre Numa en el referido programa explicó que la manera de sumar esfuerzos para sacar adelante a la Patria, tiene que ver con la promoción de los valores perdidos, como la solidaridad, el respeto, y partir desde la base, desde lo nuclear.
¿Cuántos de nosotros se aplica la filosofía del “pájaro bravo”? ¿Cuántos de nosotros no observa a los motorizados comiéndose una luz roja, como que si las leyes de tránsito no los rigieran? ¿Cuántos de nosotros no vemos a nuestros hermanos y hermanas indígenas tirados en una esquina y les pasamos por el lado como si nada? ¿Qué habrá pasado con la Misión “Negra Hipólita” y la atención a indigentes, a la infancia abandonada y a sectores vulnerables de nuestra sociedad? No podemos ver estas desigualdades y el sufrimiento de nuestros hermanos como algo natural, y es ahí donde le doy la razón al padre Numa.
También señaló el padre Numa Molina que la iglesia debe ser “cuerpo a cuerpo” con el pueblo más necesitado, “cada parroquia debería ser un centro de promoción de la pastoral familiar”. Le atribuyó poderes especiales a este trabajo mancomunado de la iglesia de Cristo con la base de la familia en aras de rescatar a quienes están en situación de riesgo.
No es por nada, y tal vez con esto voy a herir susceptibilidades, pero recuerdo que durante la gestión del Mayor General Miguel Rodríguez Torres, a través de la Dirección General de Justicia y Cultos del Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Interiores, Justicia y Paz dirigido en ese entonces por el compañero Walter Boza, se avanzó no sólo con la iglesia católica, sino con la evangélica, con los musulmanes, judíos y de diversos cultos en esa dirección que nos recomienda Numa Molina. ¿Por qué no retomar iniciativas como éstas en el marco de las 3 R al cuadrado predicadas tantas veces por Hugo Chávez y que el Presidente Obrero Nicolás Maduro pretende retomar?
Pero esta frase es contundente, y necesaria es transcribirla textualmente: “Apoyar a cualquier proceso político en el país que desee que los pobres tengan vida, estaremos apoyando a la mejor evangelización, y así, podremos retar las fronteras que nos presenta el mundo”. Resaltado del articulista).
Otra frase que me impactó del padre Numa en la referida entrevista es la siguiente: “Si está en juego la vida de mis hermanos, de mi país, yo como pastor levanto la voz por la vida de mis ovejas. Acá, todos, oposición y gobierno debemos estar por Venezuela, por esta Patria a la que nos debemos.” Resaltado del articulista.
En este sentido, se mostró en contra de la exaltación de los valores muy identificados con los Estados Unidos por parte de sus colegas y gente de oposición: “¿Eso es amar a la Patria? La Conferencia Episcopal debió pronunciarse”, agregó (Resaltado del articulista).
Igualmente hay que tomar nota del llamado que hizo el Padre Numa sobre la manera de cómo la iglesia católica está proponiendo el diálogo en medio de la actual coyuntura del país, en virtud de que la propuesta está condicionada y poco vinculada con los intereses nacionales. “La iglesia sí ha tenido intentos de diálogo, pero una cosa es que me ofrezca para ser testigo de excepción y otra que tenga esas cualidades”, dijo Molina, quien explicó que durante 17 años la iglesia ha tomado una postura de abierta oposición al Gobierno Bolivariano y ha sido incapaz de mirar la realidad en todas las perspectivas; “ahí se pierde la capacidad de diálogo”.
“Si hay algo que nos une es el amor a la Patria, un interés común, pero cuando encuentras que la otra persona ama a más a otra Patria se pone difícil el diálogo”, expresó. Más lapidario que esto, imposible.
“Invito a la oposición que bajen esos niveles. ¿Cuánto ganaría la MUD si se aferran más a lo nacional y menos al norte? , aseguró. Más claro, no canta un gallo, dicen por ahí.
Pero las críticas a situaciones concretas por parte de Numa Molina no estuvieron ausentes en la referida entrevista: “Las colas son el vía crucis que vive a diario el ama de casa, y se ve al pueblo contra el pueblo con el bachaqueo, además de la corrupción. Eso debe ser atacado con urgencia. Eso era para ayer”.
También hizo un llamado el Padre Numa a rescatar la esperanza, tema que refirió apoyado en la obra del teólogo José Pagola; además de recomendar la lectura del libro de Los Hechos de los Apóstoles “para comprender, en tiempo de Pascua, como comenzar a vivir con un Cristo resucitado necesario para construir la Venezuela del siglo XXI”, puntualizó.
Pero la principal idea que destaco de la entrevista realizada por el padre Numa Molina tiene que ver con la invitación que hizo él tanto a la jerarquía eclesiástica como a los que tienen actualmente responsabilidad en los destinos del país, de “caminar al mismo nivel con el pueblo, despojándonos de títulos, de jerarquías, de las camionetotas, de los escoltas”.
Ya para ir culminando estas líneas, creo que debemos volver a uno de los elementos fundamentales, desde mi óptica, que conforma el legado del Gigante Hugo Chávez, y no es más que la transparencia en el ejercicio político.
Gracias Padre Numa porque en este Domingo de Resurrección nos dejo tremendas reflexiones y acciones a implementar.
¡Bolívar y Chávez Viven, y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!
Abogado, Activista por los Derechos Humanos, Militante Revolucionario y de la Red Nacional de Tuiter@s Socialistas (RENTSOC).
[email protected] @juanmartorano